24 marzo 2008

Intuiciones y toma de decisiones.

Resumen de la conferencia impartida por Gerg Gigerenzer en el ciclo Ciencia y Sociedad organizado por la Fundación Central Hispano en el Museo de la Ciudad de Madrid.

Las intuiciones son juicios irracionales que aparecen de repente en la consciencia o que incluso ni llegan a alcanzarla, pero que nos ayudan a manejarnos en nuestra vida diaria.
Desde los tiempos de William James la intuición ha sido denostada frente al pensamiento racional y habitualmente se atribuía una mayor intuición a las mujeres que a los hombres (algo que se tenía por negativo). Sin embargo, los estudios al respecto no han mostrado que las intuiciones sean mejores en hombres o en mujeres. En lo que sí hay diferencias es en la creencia de quién es más intuitivo y en función de qué tarea estemos desempeñando. Por ejemplo, cuando se preguntó a hombres y mujeres acerca de la intuición para elegir pareja, tanto hombres como mujeres respondieron que las mujeres tenían mejor intuición en ese sentido y cuando se les preguntó acerca de la intuición para invertir en bolsa, en este caso tanto hombres como mujeres dijeron que los hombres tenían una mejor intuición para las inversiones. Pero estas creencias no se ajustan a los datos reales, ya que no se han encontrado diferencias entre hombres y mujeres en estos campos.

Clásicamente se han propuesto tres orígenes para las intuiciones: una voz de Dios que nos habla e indica qué hay que hacer en cada momento, una tendencia debida a limitaciones cognitivas (cuando no podemos razonar sobre algo tiramos de intuición) o bien el empleo de heurísticos rápidos. Gerd Gigerenzer se queda con esta última opción.

Así, por ejemplo, su equipo ha estudiado el llamado heurístico de mirada, que puede aplicarse, por ejemplo, a cómo alguien coge una pelota que le lanzan desde lejos. Dawkins propone en un pasaje de El gen egoísta que el sujeto tendría que calcular de forma inconsciente la parábola descrita por la pelota lanzada, teniendo en cuenta la velocidad y sentido del viento, el peso aproximado de la pelota y la fuerza con que fue lanzada, pero todo es mucho más sencillo. Bastan tres simples acciones para coger la pelota sin necesidad de realizar todos esos cálculos: mantener la mirada en la pelota, comenzar a correr hacia ella y mantener en todo momento el ángulo de la mirada constante. De ese modo se cogerá la pelota sin problemas. Y parece que ese mismo heurístico de mirada lo emplean algunos animales para cazar a sus presas, como las aves o algunos insectos, o lo emplean los marineros para no chocar su barco con otros.


Hay otro heurístico muy empleado y que puede servir de gran ayuda. El Premio Nobel de Economía Markovitch fue galardonado gracias a su trabajo acerca de la asignación de recursos, que consiste en asegurar las ganancias y reducir los gastos (teniendo en cuenta la información positiva y negativa respecto a la inversión). Pero cuando Markovitch se dedicó a invertir en bolsa se olvidó de este principio y empleó uno mucho más sencillo: la regla 1/N. Cuando hay varias opciones suele ser más rentable (lo muestran los estudios realizados) invertir de forma igualitaria entre todas esas opciones. Todo depende del número de opciones y de la información disponible. Si el número de opciones es muy alto es mejor reducir la información y emplear el heurístico simple. Lo mismo ocurre si, por el contrario, disponemos de pocos datos. Y este mismo heurístico lo suelen aplicar, por ejemplo los padres al repartir los recursos entre sus hijos, aunque no siempre sea justo.
Un parámetro importante a la hora de emplear un heurístico es el tiempo. Más tiempo no siempre significa realizar una tarea mejor, sobre todo cuando se es un experto en esa tarea. El grupo de Gigerenzer trabajó con golfistas amateur y profesionales y les dijeron que se tomasen tiempo en pensar en su swing cuando golpeasen a la bola. Lo que ocurrió fue que los amateur mejoraron pero los profesionales empeoraron. Pero después les dijeron que tendrían como máximo tres segundos para golpear la pelota. Con esas condiciones fueron los golfistas profesionales los que mejoraron, frente a los amateur, que empeoraron.

Pero a veces los heurísticos pueden no ayudarnos. Por ejemplo, una intuición muy habitual es: si mucha gente ha muerto en una determinada circunstancia, debes evitar esa circunstancia. Esta intuición puede tener un origen evolutivo referido a los pequeños grupos humanos que existían hace millones de años, pero ahora podría resultar irrelevante o incluso perjudicial para el que lo sigue. Un ejemplo está en los meses siguientes al 11-S. Se han analizado los datos de desplazamientos de larga distancia por carretera tras los atentados y se ha observado que dichos desplazamientos se incrementaron en un 5% y que, en consecuencia, se produjeron 1500 muertes en carretera que no se hubiesen producido si se hubiese seguido utilizando de forma preferente el avión para realizar esos viajes.

Gigerenzer mostró también un sistema de diagnóstico basado en intuiciones para las secciones de cardiología que ya se ha implantado en algunos hospitales en EEUU y que parece que funciona mejor que los protocolos habituales.

El autor hace especial énfasis en lo positivo de la intuición y afirma que deberíamos dejarnos guiar más por ella, pero apenas cita en su charla casos negativos de intuiciones. De hecho, los psicólogos Kahneman y Tversky recibieron un Nobel precisamente por mostrar que los heurísticos no siempre eran buenos (ver algún ejemplo en Psicoteca), y lo mismo ocurre con algunas de nuestras intuiciones cotidianas (que ya tratamos aquí)- En muchas ocasiones estos problemas tienen que ver con nuestra nefasta capacidad para razonar de forma matemática de forma intuitiva (ver este otro ejemplo muy interesante).
Y, lo que se echó de menos fue algo de neurociencia. Aunque el autor habló en todo momento de que era el cerebro mediante procesos inconscientes el que daba lugar a la intuición, no se refirió en ningún momento a neuronas o áreas implicadas, pero se le perdona porque la conferencia fue muy entretenida.

5 comentarios:

Pablogger dijo...

Bastante bueno el artículo.
Felicitaciones
Por cierto, siendo seguidor de sus entradas, se me ocurrió invitarles a participar en este nuevo espacio de promoción del pensamiento crítico, del escepticismo, de ciencia y tecnología:
http://escepticos.socializame.com/
Es una especie de menéame para notas, noticias, comentarios y reseñas con estos temas.
No se si ya les invitaron via e-mail, pero mi tarea es ir a los blogs e invitar a los dueños a participar y a promocionar a través de una entrada especial en su blog o mediante un wiglet de texto.
Espero que se den una vuelta y se convenzan de participar.
KC

Carlos Suchowolski dijo...

Os recomiendo el serio y superador alegato a favor de la intuición filosófica en el libro "Un mundo sin tiempo" dedicado en primera instancia a Gödell y Einstein. Una joya antipositivista de primer orden.
(Y os invito a sumaros a la discusión que está teniendo lugar en torno a mi last post sobre "la verdad" y que ha entrado en terreno de la denostada "teoría evolutiva" que yo sin duda defiendo...)

Carlos Suchowolski dijo...

PALLE YOURGRAU, sorry, es el autor de "un mindo sin tiempo"

Anónimo dijo...

Un interesante post brainy...:)

Lic.Rodolfo Lopez dijo...

Me parece muy interesante el resumen, no obstante la idea acerca de los heuristicos de inversión de Markovitch en la que emplea dos formas de inversión eligiendo una y otra dependiendo del número de opciones y la cantidad de información disponible no me queda clara. La idea central es, si hay muchas opciones, ¿reducir la información y entonces regresar al principio de asegurar las ganancias y reducir los costos?

Saludos