24 abril 2007

La demostración del albañil

Continuando con el papel que puedan jugar ciertas estructuras externas en la selección sexual de ciertas especies y después de tratar el tema de los huevos azules, ahora trataremos otro caso: los nidos. Como sucedía con el color de los huevos azules, los nidos podrían ser señales que jugarían un papel esencial después de la formación de la pareja induciendo un incremento en el esfuerzo en la reproducción en el receptor de la señal.

Aunque diferentes especies han sido utilizadas para testar esta hipótesis, uno de los modelos animales que más se ha estudiado al respecto ha sido la urraca (Pica pica). En esta especie el macho juega un papel más importante que la hembra en la construcción del nido. Así, recientes estudios en esta y otras especies (en las que los machos construyen el nido principal o exclusivamente aportando material para su construcción) han puesto de manifiesto que las hembras que anidaban en nidos más grandes realizaban puestas de mayor tamaño, es decir, ponían más huevos. Y es que según esto, el tamaño del nido, y por tanto, el esfuerzo que el constructor tiene que realizar en su construcción, podría ser una señal externa que permita a un sexo, en este caso, la hembra, obtener información precisa sobre la calidad del constructor, el macho. De ello se desprende que esperaríamos que mejores machos construyeran nidos de mayor tamaño y las hembras decidiesen incrementar su inversión al ver que están emparejadas con machos “buenos”. Y es que la calidad del constructor parece estar relacionada con el tamaño del nido, así, en una especie en la que las hembras construyen el nido, el herrerillo común (Cyanistes caeruleus), aquellas hembras que construyeron el nido más grande se observó que tenían un mejor estado de salud. Estos resultados vinieron a confirmar previos estudios realizados con collalbas negras (Oenanthe leucura), una especie en la que los machos transportan hasta la zona de sus nidos considerables cantidades de piedras.

Además, el tamaño del nido podría servir no solo de señal de calidad del individuo constructor sino también para que la hembra prevea la inversión que el macho hará posteriormente en sus polluelos. Esto último se ha visto en golondrinas (Hirundo rustica) y alzacolas (Cercotrichas galactotes) demostrando que los machos transportaron más alimento (en cantidad o tamaño) a sus polluelos en aquellos nidos de mayor tamaño (en los que el macho había participado más en su construcción). Además en apoyo de esto último, los polluelos de urraca que se criaron en nidos más grandes mostraron un mejor estado inmunitario que aquellos que se criaron en nidos más pequeños.

Según esto, el tamaño del nido podría ser una señal con la que el constructor insta al otro miembro de la pareja a incrementar su esfuerzo en la reproducción. No conozco estudios en humanos, pero quizás observemos que aquellos que construían chozas de mayor tamaño tuvieron más hijos. Quien quiera, que comience a construir, pero no prometo que por construir un palacio se consiga un harén.


10 comentarios:

Margot dijo...

A partir de hoy miraré con ojos golositos a los albañiles... pura cuestión biológica, eim?

Anónimo dijo...

Hola, antes que nada, felicidades por el blog.
Me ha surgido una duda al leer el post. Dices que la construcción del nido es posterior a la formación de la pareja, pero ¿qué se entiende por formación de la pareja? ¿No podría ser que el macho simplemente construya un nido para atraer a la hembra previamente a la formación de la pareja? Sería algo así como decir: "oye, mira que casa tengo, la compartiría contigo si me dejas que te haga unos hijos, que además vivirían muy bien en ella".
Ese sería un buen método para ue la hembra elija al macho: aunque después el macho no contribuya en el cuidado de los polluelos al menos la hembra se asegura que contribuya en algo, aunque sólo sea poniendo la casa.
No sé si me he explicado bien.

Anónimo dijo...

Con humanos hay algunos estudios pero habría que ver cómo están hechos...

Por ejemplo, los hombres que tienen un buen coche, sobre todo si es BMW tienen más relaciones sexuales se supone. Pero espero que no se basen en cuestionarios simplemente (porque a ver cómo haces experimentos sobre esto sin meterte de lleno en la vida de las personas). Igual es que los que tienen un BMW son los más fanfarrones...jajaja.

Aquí se mezclan tb factores culturales.
Como ya dije en otro post sobre el tema, a las mujeres parece gustarles en los hombres que tengan ambición, un buen trabajo y/o bienes materiales como una buena casa o un buen coche.

Y se supone que a pesar de la mejora de las condiciones laborales de la mujer este hecho se mantiene.
¿Algo biológico, algo cultural?¿Será verdad? Que las chicas opinen...

Un saludo

Parasite dijo...

Hola a todos y gracias por vuestros comentarios. En primer lugar creo que margot bos puede ayudar en la pregunta lanzada por jc, a ver que ocurre con las mujeres en todo esto, ciertamente creo que hay factores biológicos, además de los culturales, que tienen que estar jugando un papel importante en todo esto. Surge la posibilidad que sea por esto por la que modelos y futbolistas ahora, y cantastes y toreros en el pasado, sean constantes parejas de el mundo de la farándula.

Por otro lado, y apartándonos un poco del tema jocoso, lo que señala anónimo es muy interesante. Ciertamente sería posible que una hembra seleccionase a su macho a raiz de una construcción y que por tanto, la construcción preceda a la selección de pareja. Esta posibilidad existe y se da en diferentes especies de aves, como por ejemplo, creo recordar, en unas especies de oceanía en las que los machos construyen preciosos nidales con multitud de ornamentos, muy coloridos y bien colocados. Este podría ser un indicador de buenos genes que la hembra podría seleccionar, como bien apuntas. Pero, el ambito de la hipótesis que se detalla en el post no es ese, sino que la construcción se realice posterior a la selección de pareja. El estudio de la biología y más concretamente del comportamiento reproductor de algunas especies permite conocer que es antes y es en esos casos en los que se centra la hipótesis. Por ejemplo, en ciertos casos los machos atraen a las hembras a sus territorios con sus cantos, realizando comportamientos específicos (como mostrarles ciertas estructuras corporales, la cola del pavo real),... esos pueden ser los componentes que inducen a seleccionar la pareja y posteriormente, el macho puede empezar a construir sus nidos. El apunte que señalas es correcto, pero se escapa del ambito de la hipótesis que tratamos. Espero que con esto quede respondida tu pregunta.

Gracias a todos por participar!

Anónimo dijo...

Interesante y valiente la pregunta lanzada por jc.

A mi, particularmente, me encantaría hacer partícipe de este debate a las chicas, pues pueden aportar un punto de vista que, de ser sincero, puede ser definitivo.

Ah! y, cómo no...muchas felicidades por la temática y enfoque de tu blog.

Un saludo del Clan del Oso Blanco!

Margot dijo...

Parasite, pues que no voy a poder ayudar mucho... confundo los coches y pienso que su precio, tamaño más bien, suelen ser directamente proporcional a problemas con la próstata cuando llegan; me gustan las cuevas, la mía a ser posible, y las únicas ambiciones que respeto, en ellos y ellas, son las que tienen que ver con un coco medianamente amueblado y a ser posible que no sea por catálogo.
Claro que tampoco hacer nidos me entusiasma... lo mío es más dormirme en las ramas.

Ves? que no iba a servir mucho...

Anónimo dijo...

Bueno, que no lo confirme no significa que no sirva Margot :)

Parasite dijo...

efectivamente jc, gracias margot por hacerte partícipe de la llamada masculina.

Anónimo dijo...

Hola Brainy/Parasite,
Y enhorabuena por vuestro excelente blog y por haber sacado a colación un tema tan interesante.

Por cierto, el pájaro australiano que menciona Parasite es el tilorrinco (una historia fascinante, no?).

Hay muchos estudios en humanos que indican que un estatus alto en el hombre es considerado atractivo por parejas potenciales. Evidentemente, la influencia cultural es grande sobre todo para decidir qué cosas confieren un alto estatus (ser buen cazador, tener un BMW e incluso -en ciertos círculos- tener una cabeza amueblada). Quien más ha estudiado esta cuestión es Donald Buss (1), de la universidad de Texas. Es cierto que el hecho de que algo se publique en una revista no significa necesariamente que sea cierto, pero mi impresión es que este dato está razonablemente bien soportado por la evidencia.
Un saludo
PS
The evolution of desire (2004). D.M. Buss. Basic Books, NY

Parasite dijo...

muchas gracias por tus apuntes, pablo. Un placer verte por aquí