Recientemente, en el congreso de Etología (por cierto, en mi opinión, un magnífico congreso) un investigador brasileño nos habló de sus investigaciones sobre opiliones. En esa charla, comentaba lo curioso que resulta que, a diferencia de investigadores que trabajan con grupos más conocidos, él tiene que iniciar sus conferencias presentando a sus modelos de estudio. Señores, “Los opiliones no son arañas”, ese era un principio básico sobre el que continuar su exposición.
El uso del nombre común por parte de la sociedad hace que algunas veces cometamos errores al referirnos a alguna especie. Como en el caso del principio, uno podría fijarse en una esquina de la casa y rápidamente pensar que tiene arañas, cuando en realidad no lo son. Generalmente es un problema que nos ocurre con grupos poco conocidos que se parecen a otros con los que estamos más familiarizados. Quizás sea un error menor pero hay que tener cuidado con ello. Por así decirlo es como llamar a los burros caballos o a las sillas mesas. Se parecen pero no son lo mismo.
Esto viene a cuento del comentado artículo del señor de Prada. Aparte del desconocimiento de la teoría evolutiva que demuestra el autor (de lo cual ya hablaron otros) mi intención aquí es romper una lanza, aunque sea pequeña, por esos invertebrados a los que se refiere. En ese artículo, de Prada hace referencia hasta en dos ocasiones al mosquito del vinagre, sin citar el nombre científico de esa especie, algo inadmisible en textos rigurosos en biología. Lógicamente, dada la ausencia de referencia al nombre científico de la especie no estoy completamente seguro de ello, pero sospecho que en realidad el autor quería referirse a la mosca del vinagre (Drosophila melanogaster). ¿Razones? más que nada porque esta especie sí es un excelente modelo de estudio ampliamente utilizado en biología del que tenemos los suficientes conocimientos de su genoma como para poderlo comparar con el de los humanos y concluir las numerosas semejanzas entre ellos, siendo esto último a lo que parece referirse especialmente el autor. (Nota: por prudencia también busqué sin éxito referencias al mosquito del vinagre en bases de datos libres (pubmed, google académico) ¿vosotros conocéis esa especie?). Por tanto, creo que el autor se equivocó al nombrar la especie, aunque no estoy completamente seguro, permitanme que lo sospeche, algo en lo que no debo ser el único,ya que otros también lo han entendido igual.
En esto, pronto se me vino a la mente el ejemplo del investigador brasileño. ¿Qué es un mosquito? ¿Es lo mismo que una mosca?. Aunque pudiera haber cierta controversia ampliando o reduciendo ligeramente la amplitud del término, los manuales entomológicos parecen estar de acuerdo con que “mosquito” debe utilizarse como referencia para insectos de la familia Culicidae. La mosca del vinagre pertenece a la familia Drosophilidae, luego no sería exacto referirse a estos insectos como mosquitos. Pronto pensé que podría deberse a un error debido a la definición de la RAE, pero tampoco. Las definiciones que da este organismo también excluirían con claridad a las moscas del vinagre del grupo de los mosquitos. Por tanto, en conclusión, es normal que el señor de Prada desconozca la diferencia entre mosquitos y moscas porque no tiene por qué conocer toda la terminología entomológica, no tiene por qué ser entomólogo, ni siquiera biólogo, ni conocedor de la naturaleza. Pero esto hace sospechar más si cabe, su capacidad para poder dar lecciones sobre el hecho evolutivo, el valor de su opinión. Señor, aunque se parecen, “no son lo mismo”.
4 comentarios:
Jejeje :D
Genial! Vaya punto, Parasite.
No sé lo que es una mosca, pero quiero cambiar la teoría evolutiva... Desde luego hay cada uno por ahí...
XDDDD
Hola. No me puedo enviaros un correo,así que dejo un comentario.
Soy un estudiante de biología y recientemente he creado un blog sobre evolución. Me gustaria hacer un intercambio de enlaces con este blog porque me encanta.
Echadle un vistazo:
http://evovagario.wordpress.com/
Un saludo.
El Sr. Prada, a juzgar por sus artículos en periódico ABC, es dado a mantener posiciones en línea con la jerarquía católica.
Al respecto creo que hay una explicación científica y evolutiva para la vivencia religiosa. La actitud de los anti-evolucionistas (creacionismo) tiene una explicación desde el punto de vista evolutivo.
En el blog Ráfagas he leido lo siguiente:
"El sentimiento religioso (espiritualidad, creencia en una o varias deidades, fe en un más allá), tan presente en todos los grupos humanos, puede tener una base evolutiva.
Puede que la selección natural haya favorecido a aquellos individuos o grupos en que el sentido espiritual o religioso estaba presente.
Es posible, a este respecto, que la autoafirmación religiosa favorezca la cohesión del grupo y la entereza o resistencia individual de sus miembros. Y de ahí su arraigo en la estructura mental del hombre.
En tal caso, existiría una explicación evolutiva para la actitud de quienes, por motivos religiosos (de respeto al texto bíblico), niegan la evolución del hombre y se aferran al creacionismo.
El rechazo a la evolución puede deberse, paradójicamente, a razones evolutivas. "
¿Os parece razonable?
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