11 abril 2008

En relación a una cita. Divulgación científica

El otro día en NotiWeb aparecía esta cita de Capi Corrales (desconozco quien es, ¿vosotros?) "El tema de la divulgación científica en este país es verdaderamente difícil de encarar sin deprimirse o irritarse". Lógicamente esto está fuera de contexto y es posible que pueda malinterpretarse con facilidad. En cualquier caso, me parecía que era oportuno colocarla aquí, por el contexto en el que nos movemos.

Al respecto me gustaría aportar que, aunque la divulgación podría ser en cierto modo costosa (en cuanto a tiempo de dedicación) creo que es una tarea importante y necesaria para unir a la sociedad con la ciencia. Esta actividad deben realizarla los científicos, porque en gran medida, sus proyectos, sueldos,... provienen de fondos públicos y es a ellos, al público, a los que hay que devolver, al menos en parte, aquello que ofrecen. El problema principal que veo, aparte de la capacidad divulgadora per se de cada individuo -científico o no-, es el poco valor que se le otorga a la divulgación dentro del propio ámbito científico. Siempre es más meritorio presentar un CV repleto de publicaciones científicas y eso hace que la gente centre sus esfuerzos en esa tarea, máxime cuando tiene que competir por una plaza o una beca. Y también es cierto que al científico se le paga para hacer ciencia, pero considero que nunca hay que olvidar un cierto papel divulgador entre sus tareas. Además hay que considerar que a la postre los beneficios pueden ser mayores, en cuanto al reconocimiento a la institución a la que pertenece o a la tarea científica que desempeña, o en otros aspectos como una mayor predisposición social en apoyo de esas corrientes de investigación,...


Dentro de lo que conozco, considero un gran ejemplo Atapuerca. Este yacimiento es la base sobre la que los investigadores han publicado multitud de trabajos de relevancia más que probada, pero que en todo caso se acompañan de la publicación de libros de divulgación, portales web, vídeos y un largo etcétera. Y desde luego considero que eso ayudó en gran medida a que Atapuerca sea lo que es y la multitud de visitas, fondos y premios que le otorgan cada año.

En relación al tema, me gustaría también hacer referencia a la cada vez mayor tendencia que tienen los diarios de tirada nacional (que son los que más sigo) a incorporar en sus páginas noticias sobre eventos o descubrimientos científicos. Noticias que en muchos casos pueden tener un trasfondo casi anecdótico (noticias de impacto, lo cual podría considerarse normal debido a la necesidad de vender el producto), pero científico al fin y al cabo. Por poner un ejemplo, el diario Público cada día tiene varias páginas dedicadas a la ciencia (Ciencias, es el título de la sección) e incorpora, al menos en la edición en papel, una columna de algún científico de prestigio (entre ellos, Miguel Delibes). A pesar de todo, en ciertos casos, el interés por crear un buen titular o desarrollar una noticia fácilmente divulgativa, puede desencadenar ciertos errores (ver ejemplo en el mismo diario y fijarse en los comentarios). Una cada vez mayor implicación de los medios de comunicación en la divulgación científica de calidad (fundamentada y veraz bajo el auspicio de los científicos) debe permitir que esa irritación a la que hace referencia Capi Corrales sea cada vez menor.

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