07 diciembre 2007

El principio de todo (I)


Hemos estado hablando de todo lo que es capaz de hacer el cerebro, su evolución etc pero no hemos hablado hasta ahora del origen del cerebro, es decir, cómo, durante el desarrollo embrionario, lo que es en origen un óvulo fecundado, da lugar a una excelente máquina de precisión la cual nos hace que seamos como somos.

Por la extensión del tema, es evidente que lo tendré que dividir en varias entregas; intentaré ser lo más claro posible y, espero, que sea didáctico, por tanto no me meteré en complejos conceptos de desarrollo embrionario que confundan a la gente. Esto conllevará a que en algunos momentos pueda parecer un poco simplista pero mi idea con este apunte es dotar a la gente de ciertos conocimientos de desarrollo embrionario y hacer ver que en las primeras etapas no nos diferenciamos tanto del resto de animales (a ver si así somos un poco más humildes).

En fin, para empezar, lo haremos, como no, por el principio; una vez papá pone la semillita en mamá se producen una serie de acontecimientos que desencadenarán todo lo que vamos a narrar a continuación. El óvulo fecundado (cigoto) va a sufrir una serie de divisiones hasta formar un acúmulo de células llamadas mórula (por favor si no lo habéis hecho, visitad el apunte de Brainy en relación a este tema) durante esta fase de división no existe crecimiento celular, por lo que las células resultantes son cada vez de menor tamaño. Posteriormente estas células (blastómeros) se disponen formando una capa externa dejando una cavidad en el interior llamada blastocele.

La siguiente etapa se denomina gastrulación; aquí se van a producir una serie de migraciones celulares y reacomodación de las mismas; el resultado es lo que se llama gástrula, la cual tiene dos paredes el ectodermo hacia el exterior, que es la que nos interesa a nosotros en cuanto al desarrollo del sistema nervioso, y el endodermo hacia el interior. En los animales triblásticos, todos excepto poríferos (esponjas) y cnidarios (pólipos y medusas), se forma una tercera capa entre las anteriores denominada mesodermo.

Paraleleamente al proceso de gastrulación se produce un fenómeno llamado inducción primaria; este proceso consiste en que las células del mesodermo intraembrionario inducen el desarrollo y organización de las tres capas embrionarias. Esta inducción se descompone, en función de la capa sobre la que se actúa, en tres: inducción neural, mesodérmica o endodérmica.

La inducción neural se divide a su vez en inducción planar, donde se producirá la especificación de los diversos territorios transversales en el ectodermo, e inducción vertical, la cual culmina y perfecciona la inducción planar. Aquí se produce un gradiente de concentración de moléculas, llamémoslas inductoras, desde la placa precordal y la prolongación cefálica hacia el ectodermo suprayacente (entre estos productos destaca el del gen sonic hedgehog). Debido a este gradiente las células ectodérmicas reciben un efecto más intenso que las que ocupan posiciones más laterales, dando lugar a lo siguiente:
- La porción central del ectodermo se convierte en la placa neural, la cual dará lugar, por invaginación, al tubo neural (futuro Sistema Nervioso Central)
- A ambos lados se forman lo que serán las crestas neurales (futuro Sistema Nervioso Periférico)
El ectodermo más lateral dará lugar a la piel del embrión (parece increíble que el sistema nervioso surja de la misma capa embrionaria que la piel!) y distintas especializaciones sensoriales como la placoda nasal, cristalina y ótica entre otras. En el mesodermo aparece la notocorda, futuro eje de la columna vertebral que desaparecerá durante el desarrollo quedando el núcleo pulposo, componente de los discos intervertebrales.

El siguiente paso será la neurulación, en la cual se van a empezar a diferenciar las distintas regiones del sistema nervioso, pero lo dejaremos para el próximo capítulo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Cuándo comienza a diferenciarse morfológicamente un sistema nervioso embrionario de un mamífero cualquiera (pongamos una rata) del de un humano? Lo digo por ahondar un poco en ese debate que os traéis sobre las células madre.

Anónimo dijo...

Cool blog!