19 septiembre 2007

Interpretaciones desde la ignorancia.





Las reacciones habituales a los estudios que relacionan actividad cerebral con alguna capacidad mental, alguna tendencia sociológica o el gusto por determinadas obras de arte no suelen ser bien acogidos en la sociedad no científica. Las razones, a mi entender, radican en la ignorancia de lo que estos artículos tratan de mostrar y en la nefasta labor de divulgación de muchos periodistas poco preparados para tales menesteres. Pero comencemos por el principio.
Como muchos sabréis ya, recientemente ha aparecido un artículo en Nature Neuroscience en el que los resultados son lo de menos, pero los comentaré brevemente. Se observó una correlación positiva entre la activación de la corteza cingulada anterior al realizar una prueba del tipo Go/No Go y la tendencia política de los participantes (los que mayor activación presentaban eran los que se autodenominaban liberales, frente a los conservadores, que mostraban una menor actividad en esa área). Además, los liberales mostraban una mayor capacidad para alterar el patrón de respuesta (que se relacionaba con la mayor actividad de la corteza cingulada anterior), es decir, que cometían menos errores en la prueba que los conservadores.

Ahora leamos el comentario del artículo en El País, que ya desde el inicio es tendencioso, al haberlo titulado: Cerebros de izquierdas y de derechas. No creo que haga falta decir que conservadores y liberales no tienen mucho que ver con lo que se entiende aquí por derecha e izquierda. Pero lo mejor eran los comentarios al artículo, que yo me he permitido comentar:

A mí me huele a que F.J.Sulloway ha cogido a 20 estudiantes, les ha hecho unos tests y ha publicado su “estudio” con objeto de coger notoriedad. De estudios pseudo-científicos como este hay que desconfiar.
A mí a lo que me huele es a que este señor no se ha leído el artículo en cuestión (se tiene la tendencia a opinar sin acudir a las fuentes). Los sujetos fueron 43 individuos diestros (el 63% mujeres). En ningún caso hubo un test, sino posicionamiento confidencial de su tendencia política (en una escala de –5 a +5), una prueba Go/No Go, y medida de actividad cerebral con electroencefalografía y resonancia magnética. En cuanto a la acusación de estudio pseudocientífico, el trabajo ha sido publicado en una revista donde se revisan los artículos de forma minuciosa y los experimentos parecen tener los controles necesarios.

Poco riguroso el artículo; no es cuestión de derechas o de izquierdas, sino más bien de rigidez de planteamientos y poca permeabilidad a ponerse en lugar del otro para entender su punto de vista;
Este oye campanas y no sabe dónde. Ya hemos comentado la rigurosidad del artículo. Ponerse en el lugar del otro es lo que se conoce como empatía, que no tiene nada que ver con la respuesta Go/No Go que se estudia en este experimento. Por supuesto que la empatía de uno de izquierdas y uno de derechas puede ser igual, pero lo que muestra el trabajo es que en la prueba en cuestión los liberales lo hacen mejor que los conservadores. Nada más.

Por último, tres de los comentarios que seguían la misma línea y que son los que más me interesan:
Una cosa es que hablemos de mecanismos cerebrales y otra de ideologías. ¿Quién decide qué es ser de izquierdas y de derechas? Ahora va a resultar que los condicionantes sociales, económicos y culturales no existen, todo reside en un resorte en el cerebro...lo dicho, tonterías.
Es una burrada a estas alturas recurrir a la sociobiología como argumento, sea para lo que sea. Históricamente, unos y otros demostraron lo peligroso que es recurrir a esto. Es como lo del “gen” de los criminales, o las inferioridades étnicas judías...
Mal asunto mezclar ciencias sociales y naturales de la manera hecha. No estoy en contra pero es imposible que se llegue a nada concluyente, más bien es una forma de publicidad.
El problema que se da más frecuentemente al analizar este tipo de estudios es que todavía no se ha asumido en la sociedad (e incluso algunos neurocientíficos y psicólogos tampoco lo han hecho, o bien no hacen mucho hincapié en ello) que los procesos mentales son los procesos cerebrales. Es una cuestión de distintos lenguajes describiendo exactamente el mismo fenómeno. Nuestras preferencias, nuestros sentimientos o nuestro razonamiento matemático se identifican con la actividad sincronizada de redes de neuronas.
La actividad en un estado x del cerebro puede predeterminar cierta decisión que tome el sujeto, pero si las condiciones cambian (condicionantes socioeconómicos, políticos, etc) antes de que el sujeto tome la decisión ese cerebro cambiará (su estructura física se modificará) y ya no será el mismo cerebro de antes, de modo que puede que ahora tome otra decisión. Es decir, todos estamos de acuerdo en que los condicionantes ambientales influyen en las decisiones, pero lo hacen porque modifican la anatomía y actividad de nuestro cerebro.

Por último un par de cosas más. Los resultados del artículo me parecen normalitos, pero ahora está de moda ponerle la etiqueta neuro- a todo lo que se hace y este artículo puede considerarse que ha inaugurado una nueva disciplina: la neuropolítica. Pero en realidad lo que hay es una correlación de datos (recordemos que las correlaciones no son causales, como ya explicamos aquí). Me gustaría además transcribir el último párrafo del artículo original (perdonad la traducción), que me parece especialmente revelador y que los medios han pasado por alto: “Estos hallazgos podrían servir para promover la integración de teorías en campos tradicionalmente tan dispares como la psicología política y la neurociencia cognitiva. Más ampliamente, este trabajo demuestra cómo la integración en múltiples niveles de análisis puede comenzar a dilucidar cómo constructos abstractos y aparentemente inefables, como la ideología, se reflejan en el cerebro humano.”
Un apunte más y os dejo en paz: los chicos de Las Pirámides del cerebro han vuelto a la carga. Os recomiendo que no perdáis de vista ese extraordinario blog que, desde aquí, pido a sus autores que no abandonen.

10 comentarios:

AGRA dijo...

Por alusiones.

Aunque ya hemos comentado el artículo en vivo y en directo, tu apunte es muy interesante por mostrar las reacciones que desde fuera de las neurociencias ha tenido (aunque me temo que algún neurocientífico podría suscribir alguno de los comentarios). Queda claro por las reacciones que citas que la sociedad esta lejos de asumir que somos lo que nuestro cerebro es, que sentimos, opinamos y creamos porque tenemos cerebro, que somos distintos al resto de los seres vivos, chimpanzes incluidos, porque nuestro cerebro es distinto, y que, como comentas, todos los determinantes que queramos proponer como modificadores de la conducta lo son porque modifican nuestro cerebro.

En fin, que queda mucho por hacer. Gracias por los animos, pero me temo que los estertores de nuestra criatura ya no se pueden disimular. Esperamos al menos haber servido de inspiración (considerarnos pioneros me parece muy arrogante).

Un saludo,

Lupe

Kay dijo...

Lo que estuvimos comentando ayer, básicamente.

Gran artículo, tío...

Anónimo dijo...

Por desdramatizar. ¿Qué hay de aquél fenómeno de la peli de Woody Allen "Todos dicen I love You" en el que de toda una familia liberal burguesa, progresista y, supuestamente, demócrata, sólo uno de los hijos misteriosamente, se hacía republicano? La salida de Allen fue antológica: hacia el final de la peli le descubrían un tumor cerebral, se lo extirpaban y ¡voilà! democrata habemus ...

Ya digo, por desdramatizar.

Saludos

Pedro Garrido dijo...

agra: veo que la presión no funciona con vosotros. Lo próximo será enviar a unos matones...(sé donde vivís y trabajáis, recordadlo)

kay: sí, para qué variar los temas, jeje, siempre repitiéndome...pero si se tienen que repetir tanto las cosas es porque siempre hay quien no escucha.


evolutionibus: Je, esa es muy buena. Es lo que intento que se vea, que al final todo depende del cerebro: tanto si se tiene un tumor, como si te rodeas de cierta gente que te puede aportar argumentos nuevos (esos argumentos irremisiblemente producirán cambios sobre tu cerebro). Aun así la influencia de la familia sobre las tendencias políticas e incluso sobre las creencias es bastante importante (Cavalli-Sforza lo estudió y vio que los padres influían mucho sobre las tendencias políticas y el equipo de fútbol favorito, mientras que las madres influían más sobre las creencias sobrenaturales. Es un artículo de Science, que no me lo estoy inventando).

Germánico dijo...

Brainy,

Un artículo sobre el particular, por si lo quieres leer y comentar.

Un saludo.

Aloe dijo...

Una posible razón para la resistencia a admitir que "lo mental es lo cerebral", como tú muy bien resumes, es que se tiende a identificar "lo cerebral" con lo innato y estático, con una especie de hardware heredado que no cambia nada por nuestros procesos mentales (que serían como el software que no afecta a aquel). Que el cerebro sea plástico y nuestros hábitos, aprendizaje, memoria... tengan un reflejo físicamente detectable, anatómica y fisiológicamente, es lo que creo que no ha calado.
Pero esto también lo creyeron los expertos durante mucho tiempo, si no me equivoco. Como pasa en tantas cosas, las creencias de los científicos de hace treinta (o cincuenta, o cien) años son la opinión corriente ahora para mucha gente.
Creo que es útil, a efectos de hacer entender esta cosas, hacer énfasis en que "lo mental" se corresponde con "lo cerebral" pero eso no implica (al menos siempre o al cien por cien) que sea algo determinado completamente para toda nuestra vida, que no cambia.
Si he entendido mal algo, agradeceré cualquier corrección.

Pedro Garrido dijo...

jarama, creo que has entendido bastante bien el asunto. Dos matizaciones sólo. Cajal hace ya un siglo propuso que el cerebro era plástico, pero no pudo demostrarlo "en vivo y en directo" porque él era histólogo y, claro, los cortes teñidos ya no estaban vivos. Los primeros descubrimientos que mostraban fehacientemente la plasticidad cerebral comenzaron en los años 60. Yo creo que que después de 50 años ya es tiempo suficiente como para que esa idea haya calado en la sociedad. El problema no creo que sea tanto esa ignorancia sino el miedo de la gente hacia el innatismo. Cuando se habla de la implicación de un determinado gen o un determinado neurotransmisor en una conducta cualquiera la gente se echa las manos a la cabeza porque cree que se está hablando de determinación, y no es así. En la ameba sí es muy probable que sea así, y el rango de canductas fuera de lo programado genéticamente es muy bajo, en comparación con las conductas aprendidas que puede llegar a adquirir un humano.
La evolución ha seguido, sobre todo en mamíferos y más aun en los primates, una tendencia a establecer ciertas conductas de forma innata, pero a dejar una gran área que debe rellenarse mediante el aprendizaje (no hay que olvidar que el aprendizaje no es ni más ni menos que cambios anatómicos y funcionales en el cerebro, y por tanto esto afectará a lo mental). Esto es lo ques e conoce como efecto Baldwin que, como se ha visto, tiene ventajas (se pueden conseguir "inventos" como la cultura pero también tiene sus desvemtajas (las crías tienen que ser cuidadas por los padres durnte mucho más tiempo que otros animales que nada más nacer pueden valerse por sí mismos).

Lo que también quería dejar claro es que las técnicas de imagen cerebral captan la actividad en el aquí y ahora. No sabemos cómo podrá responder ese mismo sujeto en una nueva prueba. Si la prueba es muy rígida y no se ve apenas afectada por condicionantes externos observaremos prácticamente el mismo patrón de activación, pero si el individuo está estresado, o se ha muerto su padre o le han despedido del trabajo o ha entrenado esa prueba entre ambos experiemtnos, es posible que responda de forma diferente la próxima vez.

Un saludo y, como siempre, gracias por participar.

Aloe dijo...

Efectivamente, "innatismo" es la palabra (o el concepto) que da miedo. Pero sigo creyendo, por lo que leo y oigo por ahí (las propias reacciones a la noticia sobre "el cortex cingulado de liberales-conservadores" parecen darlo por sentado en su mayor parte) que casi todo el mundo supone automaticamente que "si se ve en el cerebro" (de alguna forma, que no se afina tanto) es que es innato y fijo para toda nuestra vida.
También recuerdo cierto revuelo hace algunos años sobre si había caracteristicas cerebrales distintivas detectables en homosexuales (aquellas lo eran anatomicamente, si no recuerdo mal) lo que era interpretado automaticamente como prueba de que la homosexualidad es una condicion genetica. Que no digo que no lo sea, pero eso no es una prueba, me parece. Ni siquiera prueba que siempre tenga el mismo origen. Lo mismo se lee continuamente sobre diferencias en el cerebro entre los dos sexos, que inmediatamente se adjudican a la lista de diferencias en el lado de "naturaleza" vs. "cultura", e igualmente no me parece que sea prueba suficiente, en ausencia de controles sobre enculturación, roles sociales y todo eso.
Gracias por tus puntualizaciones. Las entradas de tu blog siempre me parecen muy interesantes, además de informativas. Espero seguir leyéndote, aunque intervenir es harina de otro costal, que mis conocimientos no pasan de cultura general :-)

Pedro Garrido dijo...

jarama, coincido plenamente contigo en lo que dices.
Gracias por los piropos. Y participa todo lo que quieras sin miedo de decir tonterías. La principal razón por la que comenzamos con este blog fue la de divulgar la ciencia, no para mantener debvates sólo entre expertos, si no haríamos los apuntes mucho más específicos. Nos interesa mantener contacto con la gente que nos lee precisamente para poder saber a qué nivel tenemos que tratar los temas y si de paso aclaramos algunas dudas al respetable, pues mejor que mejor.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Good blog!

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