11 abril 2007

El Planeta de los Simios...calculadores.


La etología y la psicología animal aportan continuamente datos que confirman que no somos tan especiales como creemos y que esas capacidades que creemos únicas en nuestra especie se encuentran en otras que nos precedieron en la evolución. Una de estas capacidades es el sentido del número y las habilidades matemáticas.

Con respecto al sentido del número se vio hace ya más de una década que tanto ratas como chimpancés presentan capacidad de abstracción para adquirir el concepto de número. A estos animales se les presentaban dos estímulos iguales (dos sonidos, dos haces de luz, etc.) y a continuación debían pulsar una palanca para obtener una recompensa. Pues bien, cuando estos estímulos se intercambiaron (i.e. luz+sonido, sonido+toque en el rabo, etc.) los animales sólo pulsaban la palanca cuando habían percibido dos estímulos y no uno o tres. En otro experimento con chimpancés se les presentaba un vaso medio lleno de un líquido azul y a continuación se les daba a elegir entre dos vasos, uno medio lleno y otro ¾ partes (la elección correcta consistía en escoger el vaso idéntico al de muestra). Los animales elegían casi siempre el vaso que contenía una cantidad de líquido igual a la del vaso de muestra (también se realizó la prueba con vasos de muestra llenos ¼ parte y ¾ partes). Lo sorprendente fue que para comprobar hasta qué punto los chimpancés eran capaces de abstraer, realizaron el experimento como sigue: de nuevo les presentaban un vaso con una cierta cantidad de líquido, por ejemplo ¾ partes y a continuación les presentaban una manzana o una porción que representaba ¾ partes de la manzana. ¡Los chimpancés eran capaces de asociar el vaso lleno ¾ partes con las ¾ partes de la manzana!

En cuanto a sus capacidades matemáticas, se ha visto que son capaces de trabajar con sumas sencillas, en algunos casos incluso con fracciones. Se les presentaba ¼ de manzana y ½ vaso de leche y a continuación se les ofrecía un disco completo o ¾ partes del disco. Los animales debían escoger la porción que resultaba de la suma de las dos porciones previamente presentadas. De nuevo los chimpancés escogían acertadamente (en el ejemplo, elegían el fragmento que constituía las ¾ partes del disco).

También se ha descubierto en experimentos con chimpancés que en ellos se da, al igual que en humanos, el fenómeno denominado congruencia semántica, que hace tiempo se creía que era dependiente exclusivamente del lenguaje. Este fenómeno se basa en lo siguiente: cuando comparamos dos objetos pequeños tendemos a decir “el anillo es más pequeño que la pulsera” (y, de hecho, elegimos más rápido el objeto más pequeño), pero si los objetos son grandes entonces decimos “el avión es más grande que la casa” (y elegimos más rápido el objeto más grande).

Para comprobar si este mismo fenómeno se daba en chimpancés mostraron a algunos de ellos dos conjuntos con cantidades aleatorias de puntos en una pantalla táctil. Cuando el fondo de la pantalla era rojo los animales debían elegir el número mayor y cuando era azul, el número menor.

Los resultados mostraron que la congruencia semántica se daba también en los chimpancés y que cuando las cantidades de puntos eran pequeñas (i.e. dos frente a tres) los monos elegían más rápido el número más pequeño que cuando se les exigía elegir el más grande. Los chimpancés mostraron altos grados de eficacia al realizar esta prueba condicional, lo que muestra que existe una semejanza clara entre el pensamiento numérico de primates humanos y no humanos.

Las matemáticas y la capacidad para discriminar cantidades son obviamente capacidades con un alto valor adaptativo pues permiten a un animal discriminar aquellos lugares donde hay más comida, menos depredadores o más posibles parejas sexuales. Por eso no es sorprendente descubrir que algunos animales posean ya capacidades matemáticas aunque sea a un nivel básico (nuestra mayor capacidad cerebral daría lugar a capacidades matemáticas más desarrolladas) y comprobar que, como diría Monod, y antes que él Demócrito, no somos más que el resultado de un continuo fruto del azar y la necesidad.
Para ver algunos vídeos sorprendentes (¡muy sorprendentes!) pulsar en este enlace que descubrí gracias al blog Un Experimento, que desde aquí recomiendo y que también le ha dedicado algún apunte a este mismo tema.

7 comentarios:

Kay dijo...

Interesante... ¡Desconocía que la congruencia semántica (aunque sabía lo que era, oh, tú, listillo Brainy, je, je...) se diera en primates!

Y sí, somos azar y necesidad... ¿O era azahar y necedad? Me pierdo ante el encanto de lo empírico, amgio mío... :)

Margot dijo...

Si es que me lo paso cañón!!! Y yo sí desconocía lo de la congruencia semántica, qué cosas tienen este mundo nuestro... aysss

Luego miro los videos...

Anónimo dijo...

Muy interesante. Los animales on mucho más listos de lo que pensamos. De todos modos hay que tener cuidado, ya que en muchas ocasiones el experimentador puede reforzar a los animales introduciendo una variable extraña.
Veré los videos a ver que tal.

Un saludo

Anónimo dijo...

Pasénse por:

http://conductaprendida.blogspot.com/

En esta página se ha publicado un reto. Se reta a que los psicólogos de cualquier orientación pongan ahí evidencias empíricas que apoyen su cuerpo teórico.

O sea que si son ustedes psicoanalistas, conductistas, terapeutas gestálticos o de otras orientaciones y quieren dejar constancia de que sus métodos de terapia funcionan, pásense por este blog y demuéstrenlo, exponiendo allí las evidencias en las que ustedes se basan.

"El reto ha sido publicado"

Pedro Garrido dijo...

kay y margot: lo que intento con algunos de estos apuntes es mostrar que "lo real" puede sorprendernos tanto como "lo irreal" (ciencia vs literatura) y que a veces nos empeñamos en buscar en la fantasía lo que ya se puede encontrar en la naturaleza (sin que por ello deba eliminarse la imaginación). Gracias a los dos por seguir participando.

jc: tu apunte es muy interesante en lo que respecta a la interpretación de la conducta de los animales. Precisamente estaba pensando en escribir un apunte al respecto. Hay un libro de divulgación muy interesante sobre este tema que se titula Si los animales habraran...no les entenderíamos, de Stephen Budiansky, en el que se muestran ejemplos muy interesantes al respecto y se critica la tendencia que tenemos a antropomorfizar las conductas de los animales.

En cuanto a lo de la página del reto, siento decirte que somos biólogos (zoólogo y neurobiólogo respectivamente) pero nos interesan los temas de psicología. No podré aportar mucho a la página pero le echaré un vistazo. Gracias por la información.

Anónimo dijo...

Vale, gracias a ti :)

Kay dijo...

Conmigo no te pongas exquisito, chavalín, que no nos conocemos desde hace poco, jeje...

Y ya sabes que ¡corazones y riñones son sólo juguetes!

Por cierto, no te comenté ayer que... ¡he creado a una nueva fan de El Jovencito Frankenstein!