06 noviembre 2011

Sobre el fraude científico y los medios de comunicación.


Hace unos día se ha sabido que el investigador (¿o sería más bien himbestigador?) holandés Diederik Stapel cometió fraude en decenas de publicaciones científicas, algunas de alto impacto, como Science, que se ha apresurado a escribir un editorial en el que advierte de la poca credibilidad que tendrían los datos presentados por este psicólogo.

Los hechos por supuesto son reprobables, como si suceden en cualquier otra ocupación. Nos indigna ver que un delantero se tira en el área contraria simulando un penalty, que un policía se lucra vendiendo la droga que decomisa o que un banquero…en fin, cualquier cosa que haga un banquero. Posiblemente lo peor que puede hacer un científico es falsear datos o, como en el caso de este psicólogo holandés, inventarse esos datos, que ya puestos en faena es más cómodo que tener que hacer el experimento para luego amañar los resultados (ya que somos ruines lo somos por partida doble).

Sin embargo, lo que me interesaba en este caso es comentar brevemente el papel de los medios en estos casos de fraude científico. Los que nos dedicamos a la ciencia somos los más indignados con el tema porque pasamos muchas horas en el laboratorio obteniendo muchos resultados negativos y decepciones como para que alguien que no ha movido un dedo o que ha falseado datos consiga publicaciones en revistas de alto impacto, con todo lo que ello significa (mayor reconocimiento, mayor acceso a becas o contratos, mejores subvenciones…). Por otro lado, teniendo en cuenta que los fondos destinados a la investigación dependen en gran medida de la aportación del estado y, por tanto, de los contribuyentes, el fraude científico sería casi equiparable a una malversación de fondos que afecta a la sociedad en su conjunto. Ahora bien, sabemos que los casos de fraude científico no son excesivamente numerosos y la ventaja que tiene la ciencia con respecto a otras formas de creación de conocimiento es que esos nuevos datos, si son relevantes, van a intentar ser reproducidos por otros grupos de investigación, por lo que más tarde o más temprano se terminará sabiendo si ha habido fraude o no. Por este motivo, algo que a priori tampoco es tan relevante en cuanto a sus consecuencias prácticas (nada comparable, por ejemplo, a una estafa económica) adquiere una importancia sustancial en los medios de comunicación.

Durante estos días la noticia del fraude del psicólogo holandés ha aparecido en casi todos los medios de comunicación, en algunos casos incluso entre las noticias destacadas del día, lo cual no me parece en absoluto censurable, pues es una información relevante que debe ser conocida por el público. El problema es que la ciencia no goza de demasiados titulares en la prensa y los medios de comunicación en general, por lo que el tratamiento que se hace de estas noticias puede dar la sensación de que el fraude es una práctica habitual de los científicos, contribuyendo a crear una figura negativa del científico, al menos en algunos sectores de la población. Por suerte los científicos gozan de la valoración más alta por parte de los ciudadanos en comparación con muchas otras ocupaciones.

Por otro lado, en los medios se exagera la importancia de fraude científico intentando enfatizar el papel del científico que lo ha cometido, haciéndolo pasar por una “autoridad mundial en su campo”. Yo, sinceramente, a Stapel no lo conocía y de hecho jamás había visto titulares en medios de comunicación haciendo referencia a sus investigaciones. También he llegado a escuchar en algún telediario que nadie se explica cómo el artículo publicado en Science pudo pasar los filtros para llegar a ser publicado. Hombre, no seamos ingenuos. Fabricar datos no es tan complicado. Basta con saber que un tema es relevante y saber las preguntas adecuadas que deben formularse para publicar con impacto alto. Otra cosa es que haya que hacerlo bien, y Stapel parece que no lo hacía mal.

Que conste que creo que los medios están haciendo un esfuerzo en los últimos años por informar mejor sobre ciencia, aunque todavía queda mucho por mejorar, y podrían aprender de muchos bloggeros, que informan mucho más y mejor sobre ciencia que los principales medios de este país. Por ejemplo, muchas de las noticias que se dan en los periódicos y televisión son calcos de otras por la sencilla razón de que los periodistas copian los comunicados de prensa que les envían una semana antes de su publicación las revistas científicas más importantes, como son Science, Nature o Lancet, que en general, son buenos artículos periodísticos (están escritos con ese fin), pero que hacen que la información que se ofrece sobre la ciencia en los medios sea muy homogénea y que a menudo no se hable de artículos publicados en otras revistas muy interesantes aunque menos mediáticas que las otras. Aunque este es otro tema del que posiblemente hablaremos en el futuro.

2 comentarios:

Miguel B. Núñez dijo...

Excelente entrada, como siempre. Enhorabuena!

Sí que es preocupante el papel que adoptan muchos medios de comunicación respecto a la ciencia... y, aunque es cierto que algo está cambiando, aún siguen empeñados en el titular grandilocuente y realmente poco informativo...

Un saludo!

Héctor dijo...

Buena e interesante entrada como siempre!