09 febrero 2011

¿Por qué es malo el estrés? (II): efectos sobre el cerebro.

Vimos en el anterior apunte que el estrés crónico produce una serie de efectos negativos a nivel sistémico que conducen a la pérdida de masa muscular, a mayor vulnerabilidad frente a infecciones o incluso a la infertilidad. Pero ¿qué ocurre en el cerebro?


Los efectos del estrés crónico sobre el cerebro han sido ampliamente estudiados. El estrés crónico produce cambios en áreas específicas del cerebro. Los principales cambios tienen lugar en el hipocampo, la corteza prefrontal y la amígdala. Así, el estrés crónico tiende a producir una retracción de las dendritas (proyecciones cortas y muy numerosas de las neuronas, ver figura) en el hipocampo y la corteza prefrontal, que se han relacionado con una pérdida de la memoria explícita y la memoria de trabajo, respectivamente, mientras que en la amígdala ocurre lo contrario, es decir, se da una hipertrofia de las neuronas, que se ha relacionado con una mayor memoria emocional (sobre todo la relacionada con el miedo) y con una mayor ansiedad. Si lo pensamos detenidamente, la situación es lógica: el estrés crónico tiende a producir fallos en la memoria a nivel general, pero aquellas más relacionadas con el miedo (con todo aquello que tiende a estresarnos) suelen grabársenos mejor. Los cambios físicos en estas áreas cerebrales dependen de la liberación repetida tanto de cortisol como de glutamato, el neurotransmisor más abundante del cerebro que, en exceso, puede producir toxicidad en las neuronas. De ahí que se piense que aunque estos cambios en las neuronas producidos por el estrés son negativos a nivel cognitivo, son mecanismos protectores frente al exceso de glutamato, que podría dar lugar a la muerte masiva de neuronas. De este modo las neuronas ofrecen una menor superficie donde pueda actuar el glutamato.




Por este último motivo es muy importante que, una vez que ha cesado el estrés, la situación se revierta. Y de hecho, eso es lo que ocurre. Las neuronas recuperan una estructura dendrítica similar a la inicial y desaparecen los problemas de memoria y ansiedad. Hay, sin embargo un cierto porcentaje de personas que podría no recuperarse de esos cambios producidos por la carga alostática en el cerebro, manteniendo esos cambios de forma permanente. Esto se ha mostrado, por ejemplo, en el cerebro de ratas viejas sometidas a estrés crónico. Mientras que en las ratas jóvenes, la retracción de las dendritas producida por el estrés se recupera cuando dejamos de estresar a las ratas, en las ratas viejas esa recuperación no tiene lugar. Se cree que ese podría ser uno de los principales problemas que conducen al envejecimiento del cerebro, aunque de eso hablaremos otro día.


Por tanto, lo que hoy día se está estudiando acerca del estrés es, sobre todo, cuáles son los mecanismos moleculares que median esa recuperación del cerebro tras el cese del estrés y si ciertos fallos en esos mecanismos podrían estar involucrados en el desarrollo de ciertas enfermedades psiquiátricas. Del mismo modo, se están estudiando también aquellos condicionantes ambientales, como por ejemplo la exposición a estrés durante las primeras etapas de la vida, que pudieran dar lugar a una respuesta a estrés anormal. De hecho, es bien sabido que el estrés puede jugar un papel muy importante en el desencadenamiento de la depresión, la esquizofrenia o el estrés postraumático. De momento sabemos poco acerca de esos mecanismos, aunque en pocos años veremos seguramente cómo comienzan a descubrirse muchos de ellos, pues hay ahora mismo muchos laboratorios estudiando precisamente estas cuestiones.


Para saber más:

-Sapolsky R, ¿Por qué las cebras no tienen úlcera?, Alianza Editorial (1995).

-Sobre los efectos del estrés sobre la memoria:

Sandi y Pinelo-Nava (2007), Stress and memory: behavioral effects and neurobiological mechanisms, Neural Plast 2007: 78790.

Lupien et al., (2009), Efects of stress throughout the lifespan on the brain, behavrio and cognition, Nat Rev Neurosci 10 (6): 434-45.

-Sobre los efectos sobre la estructura y función del hipocampo:

McEwen, BS (1999), Stress and hippocampañ plasticity, Annu Rev Neurosci 22: 105-22.


8 comentarios:

Héctor dijo...

Muy interesante. Me pregunto si tendrá algo que ver esto con el hecho de que el alcohol en pequeñas dosis sirva como protector frente a las demencias precisamente porque es un ansiolítico, y también frente a las enfermedades coronarias. ¿Qué os parece?

Héctor dijo...

Os dejo una entrada en la que comentamos algo sobre el efecto protector del alcohol.

Ani dijo...

Muy buen articulo el del estres y tambien el del efecto protector del alcohol.
Gracias.

Pedro Garrido dijo...

Héctor, por lo que veo en el apunte sobre la cerveza, los efectos serían no debidos al alcohol y sí al silicio, que lo tienen otros productos seguramente más saludables que el alcohol. Además lo único que dice ese trabajo es que el silicio ayudaría a excretar mejor el aluminio. Y de ahí hacer una extrapolación al Alzhemier, hay un trecho bastante grande. Aunque se sabe que ciertas sustancias neurotóxicas pueden producir demencias o enfermedades neurodegenerativas (por ej, el pesticida rotenona puede dar lugar a Parkinson) esto se da sólo en un porcentaje bajo de casos.

Con respecto al dato que das de que la gente que toma alcohol de forma moderada vive más, es sólo una correlación y por tanto no implica causación. También puede ser que aquellos que beben moderadamente tengan una consitución genética que les permita de hecho beber durante toda su vida sin tener problemas de salud.

Por último, aunque el alcohol tiene un efecto depresor del sistema nervioso, yo no lo recomendaría como ansiolítico. Hay una cuestión que se está estudiando bastante en los últimos años, sobre todo de cara al envejecimiento, que es el efecto del apoyo social sobre los eventos que puedan sucederles a personas mayores. Aquellas personas que tienen mayor aspoyo social (familia, amigos, servicios sociales, etc) tienen menores probabilidades de sufrir depresiones asociadas a la edad o demencias.

Un saludo.

Héctor dijo...

"Con respecto al dato que das de que la gente que toma alcohol de forma moderada vive más, es sólo una correlación y por tanto no implica causación."

Cierto, de todas formas la relación ahí está, cuando menos es llamativa.

De todas formas hay algo que has pasado por alto y que es de lo que más me interesaba que me dieras opinión. Consumir alcohol con moderación se relaciona con una menor probabilidad de padecer alzheimer o demencia. ¿Cómo podría explicarse algo así desde tu punto de vista suponiendo fuera por causa de su consumo? ¿Se te ocurre alguna idea?

Un saludo

Héctor dijo...

Yo encontré una explicación aquí, pero no he buscado el artículo. En cualquier caso sí que se da una relación entre consumo moderado de alcohol y menor probabilidad de padecer alzheimer o demencia. Copio lo que poníamos en psicoteca...

"Y es que por lo visto los bebedores moderados tienen un 75 % menos de incidencia de alzheimer, y un 80 % menos de demencia senil."

Un saludo ;)

Pedro Garrido dijo...

He estado echando un vistazo rápido a lo que hay publicado sobre el tema y la cosa no está tan clara. Los diseños de los estudios al respecto no son demasiado buenos y hay pocos y no todos muestran ese efecto protector del alcohol sobre demencias o Alzheimer. Como bien decías, en una revisión de los autores a los que citaban en el artículo que enlazas del periódico, ellos sugieren que los efectos positivos del alcohol podrían ser debidos a que desencadenan respuestas en las células similares a las que produciría el estrés. De todos modos, la hipótesis es bastante especultyaiva, porque no tienen muchos datos para sustentarla. Veremos lo que aparece en los próximos años.

El principal problema con los estudios de envejecimiento es que si quieres hacerlos bien tienes que hacer estudios longitudinales que te pueden llevar varios años, y eso es muy costoso, no sólo a nivel económico sino porque muchas veces los individuos se retiran del estudio. Y en este caso lo es aún más porque tendrías que te ner un grupo al que le das de beber de forma habitual y otro al que no, y eso es realmente difícil de llevar cabo, por lo que al final sólo te quedan esos datos correlacionales que aunque muestren una relación nunca muestran causalidad. Quiero, de hecho, preparar un post sobre el tema de las correlaciones porque creo que es uno de los principales problemas que tiene la gente que no se dedica a la ciencia para entender los datos que vienen de estudios epidemiológicos y, de hecho, eso ha causado algunos problemas importantes, como el tema de las vacunas y el autismo, o un problema que hubo hace unos años en EEUU con los implantes de silicona en el pecho.

Un saludo.

Héctor dijo...

Ok, gracias.

Lo de las correlaciones, si bien es cierto que puede ser mal entendido por mucha gente, eso no quita que sean útiles y den buenas pistas para seguir investigando.

Un saludo ;)