22 febrero 2011

Correlaciones III: aves y patógenos

Ya queda bastante claro que las correlaciones nos pueden conducir a conclusiones erróneas si no se consideran con cautela. No obstante, en numerosas ocasiones, no tenemos otras herramientas con las que testar nuestras hipótesis. Pero aunque parezca un problema que pudiera resultar casi ajeno al mundo científico, que todos somos conscientes de sus limitaciones, aún lo podemos considerar un debate candente. Un claro ejemplo de ello lo tenemos en un interesante artículo sobre los efectos en la condición corporal (medido como el peso de los individuos) de la infección por virus de baja patogenicidad de gripe aviara en el ánade azulón. Para ponernos en situación convendría decir que los estudios de este tipo de infecciones en condiciones naturales son escasos posiblemente debido a las tremendas dificultades (incluyendo los elevados costes de los análisis) para poderlos llevar a cabo. En condiciones naturales se considera que estos patos sufren escasos costes fisiológicos por estas infecciones de manera que transcurren prácticamente de manera asintomática. Esta visión se generaliza cuando no se es consciente de que en la mayoría de los casos, no se consideran los costes de las infecciones en condiciones naturales donde los animales sufren las inclemencias del tiempo, escasez de alimentos, riesgo de depredación o la infección por otros muchos patógenos no considerados. Volviendo al estudio en cuestión, el equipo de investigación puso de manifiesto una interesante asociación negativa entre la infección por estos virus y el peso corporal de las aves. No obstante, rápidamente otros investigadores reflejaron que la relación entre ambas variables no tenía porque ser causal y podría ser precisamente la inversa a la discutida en el artículo. Sin entrar en consideraciones sobre si los autores eran o no conscientes de la incapacidad de otorgar la causalidad de la relación (de lo cual, estoy convencido que los autores conocían), el interés de reflejar este estudio aquí no es otro que dar otro claro ejemplo de cómo la relación entre dos variables en la naturaleza puede tener una direccionalidad o precisamente la contraria. En el caso del ejemplo, y como reflejaban los autores en su réplica, las aves infectadas podrían tener una peor condición corporal debido a la infección o, al contrario, debido a una peor condición corporal (un menor peso podría relacionarse con una peor condición inmunitaria) podría haber aumentado la susceptibilidad de las aves a la infección.

Otro ejemplo similar lo podemos encontrar en la relación entre los costes de la inversión parental y el estado de salud de las aves. Por un lado existen trabajos que ponen de manifiesto que un incremento en el esfuerzo reproductor (por ejemplo, incrementando el número de huevos, criando más polluelos, aumentando la tasa de cebas…) causa inmuno-supresión en las aves, favoreciendo la capacidad de sufrir la infección por patógenos. Al contrario, cuando un ave sufre la infección por un patógeno, los costes para soportar la infección se asocian con un descenso en la inversión parental. De este modo, un estudio correlativo podría encontrar que un ave sufriendo una elevada tasa de infección por patógenos tiene un bajo esfuerzo parental (costes de la infección) o, por el contrario, ser el resultado de un incremento en el esfuerzo parental.

Son muchos los mecanismos que tiene la ciencia para solventar estos problemas. El primero de ellos, se basan en la cantidad de evidencias que soporten cada conclusión y la capacidad para replicar los estudios (estudios desarrollados en diferentes poblaciones, múltiples modelos animales, elevados tamaños muestrales,…). Por otro lado, tenemos la capacidad, aunque no siempre, para desarrollar estudios experimentales en los que mediante la manipulación del factor a estudiar se posibilita la identificación de la direccionalidad de la asociación. En el caso de estudio, una herramienta podría ser la medicación de las aves o la infección de las mismas con aislados del virus. No obstante, siempre tenemos que considerar el ámbito ético (¿podemos incrementar la mortalidad de las aves con el tratamiento? ¿podemos expandir un patógeno en la naturaleza?) o la posibilidad de realizar estos estudios (póngase el ejemplo del cambio climático en la dinámica de las poblaciones animales a gran escala). En conclusión, los estudios correlativos también son una herramienta fundamental en los estudios en condiciones naturales, siendo siempre conscientes de las limitaciones que plantea.

Sobre algunos de los estudios tratados y el debate entre los autores:

Latorre-Margalef N. et al. 2009. Effects of influenza A virus infection on migrating mallard ducks. Proc. R. Soc. B. 276, 1029–1036.

Paul L. Flint and J. Christian Franson. 2009. Does influenza A affect body condition of wild mallard ducks, or vice versa? Proc. R. Soc. B 276, 2345-2346.

Latorre-Margalef N. et al. 2009. Does influenza A affect body condition of wild mallard ducks, or vice versa? A reply to Flint and Franson. Proc R Soc B 276:2347-2349.

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