22 diciembre 2008

Cuando un artículo levanta ampollas y deja más preguntas que respuestas.

Recientemente, ciertos investigadores intentaron responder a la pregunta de si existe un sesgo “racista” en las citaciones científicas (un terreno pantanoso en el que entrar). Uno, de vez en cuando piensa que el país de afiliación es un carácter importante a la hora de que un artículo sea aceptado o no en ciertas revistas científicas, pero no siempre piensa en el más allá del después de la publicación. Al respecto, en numerosas ocasiones se escuchan comentarios sobre el doble rasero a la hora de evaluar un trabajo en una revista científica en función del lugar de procedencia del estudio, encontrándose como ese factor se convierte en un “criterio” que predispone la catalogación de la calidad del estudio. En resumidas cuentas, con cierta frecuencia surge a la palestra la pregunta de si “¿existe una especie de racismo científico?”, y, quizás lo más importante, “¿por qué?”.


Hace poco, en un artículo publicado en Plos One (1), un grupo de autores brasileños han intentado poner respuesta a la primera de estas preguntas. Para ello han comparado la repercusión científica (número de citas) de diferentes publicaciones escritas por autores afiliados a países en desarrollo (Chile, Brasil, Méjico y Argentina) frente a publicaciones de autores afiliados a países desarrollados científicamente hablando (Alemania, EEUU, Japón, Inglaterra y Francia) todas ellas publicadas en las mismas revistas, entre ellas los PNAS.


Desgraciadamente los resultados que encuentran son bastante claros, las publicaciones escritas por autores con afiliaciones a países desarrollados tienen un nivel de citación similar al de la propia revista, mientras que los artículos de esos países latinoamericanos tienen una repercusión científica considerablemente menor. Lo más curioso, es que la colaboración de autores afiliados a países latinoamericanos con investigadores afiliados a países científicamente desarrollados tenía un impacto significativo en la repercusión que tendrían estas publicaciones, mientras que en el caso contrario el efecto sería apenas notable.


Pero, ¿por qué ocurre esto? Desde luego podrían existir multitud de razones, algunas de ellas alejadas del propio racismo científico y otras más próximas a él. Lo que desde luego está claro, es que los científicos no deberían más que evaluar la calidad del trabajo a la hora de decidir si deben o no citar una publicación. Entonces, ¿entre las causas de ese sesgo podrían estar que la calidad de estas publicaciones era considerablemente diferente ? (¿menor para los latinoamericanos?) Aunque esto no puede descartarse totalmente a la vista de este estudio, lo que parece claro, es que el que todos estos artículos comparados al estar publicados en las mismas revistas (algunas de reconocido prestigio en multitud de áreas) hace que nos inclinemos hacia el no. ¿Entonces qué ocurre? ¿Acaso son problemas ligüisticos? Pero quizás, lo más importante, ¿qué repercusiones puede tener esto? Pues a sabiendas de estos resultados, las empresas que se encargan de mantener las publicaciones podrían crear corrientes a favor de publicar artículos procedentes de uno u otro lugar con el fin de incrementar su número de citas. Desde luego, un peligroso panorama. En resumen, este estudio es sólo un pequeño granito de arena, pero desde luego, no parece el mejor de los resultados que uno se querría encontrar.


(1) Meneghini R, Packer AL, Nassi-Calo` L (2008) Articles by Latin American Authors in Prestigious Journals Have Fewer Citations. PLoS ONE 3(11): e3804.

doi:10.1371/journal.pone.0003804

21 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que hubiese sido más interesante haber incluído a los autores chinos...

Parasite dijo...

¿por? no digo ni que sí ni que no, porque no lo se, pero desde luego los resultados tal cual están me parecen muy significativos.

Anónimo dijo...

Me encanta que alguien se halla tomado la molestia de estudiarlo; todo el mundo sabe que la citas en los trabajos son algo "discrecional", se cita i) al propio trabajo, ii) a los amigos y iii)a aquellos que pudieran actuar como reviewers. Así que no me extraña nada lo que comentas.
Salu2

Anónimo dijo...

Hay tantas cosas que influyen la compleja dinámica de las aceptaciones y citaciones...

Aparte de las ya identificadas (sexo, nacionalidad, país de procedencia), ¿no habría que mirar también la Universidad? Dentro de los USA no “se lee igual” un trabajo de Joao Queiroz (un nombre al azar que espero no exista) de Harvard, que del mismo pero de la Universidad Plesbiteriana de Wichita (que espero que tampoco exista).

Por otro lado también influye quién firma “al lado”. Si el primer firmante (aunque sea de un país en desarrollo) es un desconocido pero el último es un pope, no es lo mismo que si lo firma sólo el desconocido o el desconocido con otro desconocido. Y digo que no es lo mismo para esa publicación ni para las posteriores, firme ya el pope o no (que somos cuatro gatos dentro de cada subtema y enseguida conocemos y asociamos a la gente).

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

Y ¿no creéis que lo lógico sería que todo el mundo hablase y escribiese (a nivel científico) en Esperanto?

La gente tiende a considerar locos a quienes defendemos esta idea. Pero la verdadera locura es lo contrario: la perpetuación de la torre de Babel (cuando, desde niños, podría enseñarse Esperanto en todas las escuelas del mundo).

Desde Groenlandia hasta la Antártida todos los humanos podrían entenderse en Esperanto (aunque, a nivel de cada país, se siguiera obviamente hablando la lengua autóctona).

Insisto: pensaréis que estoy "p´allá". Pero la verdadera locura, el verdadero SINSENTIDO CONSENTIDO, es la situación actual, en que la inmensa mayoría de los humanos no pueden entenderse los unos con los otros.

Y, por favor, no me habléis del inglés. El inglés nunca podrá cumplir esa función, porque es un idioma difícil, lleno de vocales oscuras, de verbos irregulares, carente de reglas fijas de pronunciación y poblado de sintagmas preposicionales ininteligibles para los no nativos.

El Esperanto, por el contrario, es un idioma artificial, con una sintaxis fija, una pronunciación totalmente predecible y un vocalismo diáfano.

Saludos.

Anónimo dijo...

Si, totalmente.
Lo vivi muy de cerca.
El mismo articulo, con pequeñas variaciones,
fue rechazado cuando vino de Arg y sin un "pope"
y aceptado con el nombre del dinosaurio british
al lado de los sudaquitas.

Un tema tabu en los journals
pero es 100 % true.

Anónimo dijo...

Pero Emilia, en esperanto tal vez no habrías podido hacer un juego de palabras tan elegante como ese
"SINSENTIDOS CONSENTIDOS".

No, en serio, lo que pasa es que a los ingleses (y americanos de USA) les proporciona muchísima ventaja el uso del idioma inglés a nivel internacional. Creo que en términos económicos es una burrada y por eso no están dispuestos a apearse. Y como los demás habitantes del mundo somos una pandilla de pardillos, pues nadie les lleva la contraria.

Ah, Emilia enhorabuena por los textos de tu blog. Te he puesto un 8,5.

Anónimo dijo...

El inglés es un idioma tan bueno como otro cualquiera. Incluso, en comparación con el español (y ya no digo el chino), es un idioma gramaticalmente muy sencillo y directo. Por lo menos su escritura resulta relativamente fácil para un “no-ingles parlante”.
En cualquier caso, no es el idioma de la Ciencia por una cuestión de azar, ni por una imposición de fuerza/económica. Resulta que la mayor parte de la investigación mundial, durante un tiempo se hizo en países de habla inglesa, por lo que casi todo el volumen de publicaciones científicas estaba en inglés. Si querías leerlas, tenías que saber inglés. Por otro lado, aún actualmente los países que más invierten en ciencia son los USA y UK por lo que me parece más lógico que los demás "usemos su idioma", facilitándoles a ellos la labor, a que todos tengamos que aprender uno nuevo porque sí, porque nos da envidia de que sea el suyo el usado. Y, por supuesto, aún mucho peor sería que, por ejemplo, obligásemos a todo el grueso de la comunidad científica a escribir en español, cuando los países de habla hispana invierten una ridiculez en investigación y por tanto producen menos ciencia. Y que conste que a mí me cuesta escribir en inglés y poder escribir en español me reduciría el trabajo a la mitad.

¿Qué más da un idioma que otro? Lo cierto es que los anglosajones han tenido un histórico interés por la ciencia que no han tenido otros (no digamos los castellano-parlantes…) que, desde mi punto de vista, justifica que la ciencia se escriba en inglés. A mí me perjudica, pero lo que es justo es justo. Desde luego no veo ninguna razón para que TODOS tengamos que aprender otro idioma más (el Esperanto) e incluso eso no nos libraría del inglés si queremos seguir leyendo y citando lo ya escrito.

Carlos Suchowolski dijo...

¿Por qué llamar a la discriminación estudiada (se podría hacer otra selección para mostrar "otras" discriminaciones, por ejemplo, ideológicas, ¡y en unos cuantos sentidos enfrentados!)? ¿Es que era esa la premisa o el apriorismo que se quería necesariamente demostrar? Este "espíritu científico" en lo social tiene mucho de intencionalidad ideológica, además de lo que viene pasando desde Galileo, por mencionar al origen de la ciencia estudiado al respecto del método por Feyerabend quien, en ese aspecto al menos, creo que dio y más que dio en el clavo. Supongo que conoceis el texto.
Bueno, en realidad pasaba por aquí para dejaros a todos mis mejores auguri di natale! Y no me pude resistir a insidir... en lo mismo.
Un saludo afectuoso.
Carlos.

Tonyo dijo...

Apoyo el comentario de Emilia. De hecho, sí hay científicos que han publicado en esperanto (como Ralph Lewin, recientemente fallecido), pero está claro que el poder de los medios anglosajones impone su ley.

Hace poco hubo un escándalo cuando a un investigador turco se le acusó de plagio. Él aclaró que había párrafos copiados por razones lingüísticas: había tenido que fijarse en la forma de expresarse de autores nativos, para que su texto sonara mejor.

No es algo banal: los no nativos parecemos menos inteligentes cuando tenemos que expresar nuestros puntos de vista. El esperanto al menos nos pondría a todos en plan de igualdad.

Anónimo dijo...

"[...]los no nativos parecemos menos inteligentes cuando tenemos que expresar nuestros puntos de vista. El esperanto al menos nos pondría a todos en plan de igualdad."

Con eso estoy totalmente de acuerdo. Sí.

Pero, aún así, seamos realistas: ¿sería posible un cambio de ese calibre o es sólo una pataleta utópica de los que tenemos la dificultad añadida de escribir en inglés? Y, aún siendo posible, ¿merecería la pena esa "revolución" a costa del parón que supondría a la actual "aceleración científica"?

Anónimo dijo...

A propósito de sesgos (en este caso por el sexo):
http://effortlessincitement.blogspot.com/2009/01/exposure-to-scientific-theories-affects.html

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

La existencia de una lengua universal, sea el Esperanto u otra, es una necesidad básica. Antes o después se pondrá en práctica (algún siglo de éstos).

No sólo será una lengua científica como vehículo de expresión de conocimientos científicos, sino también científicamente estructurada: en su morfología y en su sintaxis.

¿Acaso es científica (desde este punto de vista) una lengua como el inglés, plagada de verbos irregulares?

Mi hija pequeña dice "rompido" (en vez de "roto") y su deducción es científica, porque su lógica humana, su inferencia deductiva y racional, le indica que el participio se construye con la desinencia -ido.

De comer, comido. De romper, rompido (y no "roto").

Decir "roto" o "broken" es acientífico, son atentados contra la lógica humana.

¿Qué base científica tiene "to break - broke - broken"? Ninguna: puro artificio y arbitrariedad.

Pero hay quienes prefieren la irracionalidad para defender espurios intereses. Yo preferiría un mundo sin torre de Babel.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Si es verdad que una lengua universal es necesaria (eso parece, sí), ésta será el inglés (mal que nos pese), por una cuestión de praxis: ya es la más universal (¿o es el chino?). En cualquier caso, en ciencia, ES universal.

No creo que “científica” se pueda aplicar como adjetivo a “lengua”, a no ser para referirse al uso de ésta dentro de tal contexto. Las lenguas no son científicas porque la ciencia no diseña lenguas, las estudia. En cualquier caso, su diseño o creación será una obra de ingeniería lingüística. Ni siquiera una lengua “de diseño” como el esperanto creo que pueda decirse que tiene “base científica”. Asimismo, "to break - broke - broken" no tiene base científica –la tendrá, o no, la explicación que los filólogos den a la aparición de tales declinaciones.

Creo que digo una obviedad cuando afirmo que las lenguas son algo "vivo", fruto de una evolución cultural. Posiblemente todas esas "irregularidades" hayan surgido en el transcurso de esa evolución. Si el esperanto, o cualquier otra lengua diseñada “de novo” “mediante la lógica”, son habladas durante el tiempo suficiente, probablemente sufrirían cambios y aparecerían similares irregularidades. De todas formas, ¿quién ha dicho que una lengua tiene que ser “lógica”? Yo creo que una lengua tiene que ser efectiva. Es posible que muchas de esas “ilógicas irregularidades” aparezcan en aras de una mayor efectividad. Por ejemplo, informan del dominio de la propia lengua mientras se comunica el mensaje concreto. (Si tu hija dice “rompido” con 4 años no pasa nada, pero si lo sigue diciendo con 12 trasmite una información valiosa).

Podríamos discutir sobre las bondades y maldades del inglés con respecto a otras lenguas. Por ejemplo, dicen que el español o el chino funcionan mucho mejor con los programas de reconocimiento de voz. Pero no es una cuestión de defender al inglés por ser el inglés, si no de defender la lengua (la que sea) *que beneficie a más personas porque ya la hablan* (aún en contra de los propios intereses egoístas, sean estos defender el castellano o el esperanto). El resto tendremos que aprender, de todas formas, una lengua: ¿qué más da el inglés que el esperanto? Si el esperanto lo tendríamos que aprender 6 750 millones personas, el inglés *sólo* tenemos que aprenderlo 6 200 millones… ¿qué es más práctico? Por otro lado, todas las publicaciones científicas escritas en inglés (¿el 90%?), ¿las traduciríamos al esperanto? ¿En serio? ¿Es mejor emplear todo ese esfuerzo en eso, con los costes en cuanto a productividad científica que conllevaría, en vez de aceptar el inglés como mal menor y seguir dedicándonos a conocer el mundo?

Pues no sé qué es más “irracional”. Que conste que no tengo ningún “espurio interés” para con el inglés. Un mundo sin torres de Babel, probablemente sería un mundo sin diferentes culturas, menos diversos. Esas alegorías bíblicas son bastante desafortunadas (o afortunadas por ilustrativas). Precisamente, en el antiguo testamento también se relata como algo negativo “comer el fruto del árbol del conocimiento”. Es obvio que muchos (no me refiero a nadie de por estos lares) también preferirían un mundo sin ciencia…

(((Siento la vehemencia y la extensión: es una opinión, por favor, que no se moleste nadie)))

Saludos

Tonyo dijo...

Me resistía a volver a intervenir, porque no querría que este artículo se convirtiera en un tema sobre el esperanto. Te matizo mi opinión personal: prefiero el internacionalismo del inglés a cualquier nacionalismo. Es decir, me alegro que haya una lingua franca para la comunicación científica. Lo que pasa es que no podemos obviar las relaciones de poder: es decir, el inglés se impone por poder económico (y militar, claro), y el predominio del inglés aumenta el poder de los países anglosajones (el soft power, que le dicen). Por eso algunos seguimos abogando por el esperanto.

Sobre que el predominio del inglés está asegurado, yo siempre cuento una anécdota: cuando en los años 20 se planteó un posible papel del esperanto en la Liga de Naciones, el delegado francés se opuso frontalmente, porque "ya había una lengua internacional" (el francés, obviamente). Imagínate lo que pensaría si resucitase hoy. De la misma forma, nunca se puede anticipar qué ocurrirá dentro de unas décadas con el inglés. Por eso nunca hay que dar por perdidas las batallas justas :-)

Por cierto, hay una enlace a tu blog en Soitu. Es que hay que aprovechar que Darwin y Zamenhof están unidos este año ;-)

zUmO dE pOeSíA (emilia, aitor y cía.) dijo...

Yo me he propuesto no intervenir más en esta discusión, pero quiero recordar a los inmovilistas que (de alguna forma) han señalado que cambiar al Esperanto tendría un coste intelectual o adaptativo muy elevado, que más drástico fue el cambio operado en los siglos XII y XIII al pasar del sistema de numeración romano al sistema arábigo (guarismos). Y que, de no haber sido por este cambio (que posibilitó el desarrollo de las matemáticas superiores y la física moderna), seguiríamos aún en la Edad Media. Saludos a todos y enhorabuena por el blog.

Anónimo dijo...

Con todo el respeto: no creo que sea comparable ni en dificualtad ni en el supuesto beneficio.

(No es una cuestión de inmovilismo, simplemente me parece algo improbable por poco práctico, pero es una opinión; en realidad no me opondría al cambio)

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Hola a todos a mi me gustaria mucho saber porque es tan dificil para algunas personas responder algunas preguntas si ellos tienen el conocimiento???

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Buen post muchas veces yo leo sus post y contestas muchas de mis preguntas y eso es muy bueno para nosostros ya que a veces no encontramos respuestas

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Gracias por compartir tu post con nosotros es demasiado interesante me parece un tema muy original para hablar

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