09 mayo 2008

¿Por qué no podemos hacernos cosquillas?

Darwin escribió que “hecho de que un niño difícilmente pueda hacerse cosquillas a sí mismo, o en mucho menor grado que cuando le hace cosquillas otra persona, podría deberse a que el niño no conoce el punto preciso que debe ser tocado”. Esta hipótesis, sin embargo, no parece correcta, ya que la mayoría de los niños pueden sentir cosquillas incluso cuando conocen dónde y cuando se va a aplicar el estímulo.

La primera pregunta que deberíamos hacernos es, ¿es cierto que no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos? Un artículo en Nature en los años 70 ya lo mostró claramente. Sujetos que se estimulaban mediante un aparato que se accionaba con un pie y que producía cosquillas en la mano sentían menos cosquillas que si ese mismo control lo activaba otra persona. La siguiente pregunta es, ¿y cómo es que no le hacía cosquillas ese aparato si no era él mismo quien se tocaba la mano, sino que accionaba el aparato con el pie? La respuesta se encuentra en el mapa que genera el cerebro de nuestro cuerpo. Algunos experimentos han mostrado que neuronas que responden al movimiento de las manos pasan a responder del mismo modo cuando comienza a emplearse un utensilio que puede interpretarse como una prolongación de la propia mano (hay un experimento con monos que emplean un rastrillo, pero puede pensarse, por ejemplo, en un tenista al utilizar la raqueta o en un pintor al usar el pincel). Es decir, el cerebro termina por incorporar a su mapa del cuerpo al instrumento que se está empleando (aunque, como en este caso, se active con el pie).

Pero, entonces ¿por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos? La respuesta se encuentra en la capacidad de predicción de nuestro cerebro. Cuando existe la intención de llevar a cabo un movimiento el cerebro realiza una predicción de cómo será ese movimiento, basándose en las experiencias previas. Lo que hace, por tanto, el cerebro es comparar la predicción que hace del acto motor con la información que llega en ese preciso momento. De ese modo puede distinguir qué estímulos sensoriales proceden de nuestros propios movimientos y cuáles proceden del exterior.

Hay dos pruebas interesantes de ello. La primera, es que podemos engañar al cerebro cuando realiza esa predicción, ¿cómo? Separando en el tiempo el estímulo y la respuesta. Por ejemplo, si se le dice a un sujeto que active un dispositivo que le hará cosquillas en la mano y aplicamos un retraso entre su acto motor (activar el dispositivo) y la respuesta del dispositivo, el sujeto dirá que siente más cosquillas cuanto más separados en el tiempo estén ambos sucesos (en un rango de tiempo de 0 a 200ms de retraso). Esta respuesta es debida a que el cerebro ya no predice tan bien cuándo va a recibirse el estímulo táctil, pues se torna más impredecible.
La otra prueba se encuentra en la actividad cerebral. Se ha estudiado cómo responde el cerebro de personas sometidas a este tipo de pruebas (haciéndose cosquillas mediante un dispositivo o bien haciéndoselas otro sujeto a través de ese mismo dispositivo). Imágenes de resonancia magnética funcional (ver figura) mostraron que cuando el sujeto trata de hacerse cosquillas a sí mismo la corteza somatosensorial (la región de corteza a la que llega la información táctil) se encuentra mucho menos activa que cuando es otra persona la que activa el dispositivo (lo que se correlaciona con una menor sensación de cosquillas). Según los autores de ese trabajo podría ser el cerebelo (muy implicado en la coordinación motora) el que estaría controlando esa menor activación de la corteza somatosensorial.
Por último, ¿existe alguien que pueda hacerse cosquillas a sí mismo? Parece que los pacientes con esquizofrenia pueden hacerlo y eso se debe a una sensación de no poseer el control de sus propios actos motores. Algunos de estos pacientes suelen afirmar que es otra persona la que mueve sus miembros y controla su conducta y algunos estudios han mostrado que incluso tienen dificu
ltades para reconocer su propia voz grabada. Debido a esta falta de sensación de control su cerebro interpreta que las cosquillas se las hace otra persona cuando en realidad son ellos mismos quienes se las están haciendo.

Una vez más, de una pregunta aparentemente tonta, pueden aprenderse muchas cosas acerca de cómo funciona nuestro cerebro.

Bibliografía.
Weiskrantz, L., et al., (1971), Preliminary observations on tickling oneself, Nature 230: 598-9.
Blakemore, S., (1998), Central cancellation of self-produced tickle sensation, Nature Neuroscience 1 (7): 635-640.
Frith, C., Descubriendo el poder de la mente, Ariel, 2008.
(La imagen mostrada pertenece a este libro).

20 comentarios:

Germánico dijo...

Hola Brainy,

Este artículo tuyo me trae a la mente uno que escribí hace tiempo relacionado, que podría servir de humilde complemento.

Un saludo.

Germánico dijo...

Si bien no tengo muy claro un punto, que me gustaría me aclarases, y es el papel de los nociceptores en la sensación de cosquilleo.

Gracias.

skizo dijo...

Ostras que bueno!

Siempre me lo habia preguntado pero nunca me habia puesto a buscar la respuesta!

Genial!

Saludos!

Pedro Garrido dijo...

Germánico:
Si te digo la verdad, del papel de los nociceptores, no te puedo decir gran cosa. El problema es que ni siquiera está muy claro cómo se activan (más bien la transducción de la señal) y se conocen infinidad de estímulos que pueden hacerlos activarse. Y por otro lado, existe el control de puerta de entrada, que puede minimizar esas entradas nociceptivas en la médula (se supone que es así como funcionan los masajes). Si tuviese que hipotetizar diría que se trata de algo relacionado con el control de puerta de entrada y con la expectativa del estímulo (aunque esto último no valdría para la primera vez que nos hacen cosquillas). Aún así,como dicen en tu blog, la cosquillas siempore llega un momento en que comienzan a ser desasosegantes...

skizoo: me alegro de haber resuelto tu pregunta. Lo importante es lo que nos dcen sobre el cerebro estos trabajos. La conclusión principal es que se trata de un órgano cuya principal función es anticiparse al futuro. Aprendizaje y memoria no tienen otro fin que ese (bueno, ya estoy en plan reduccionista, jaja).

Germánico dijo...

Lo que sí parece demostrado en neuropsicología es un reflejo de contracción ante la estimulación de nociceptores y otro de extensión ante la de los receptores del tacto. Esto nos serviría para contactar con las cosas de forma suave y explicaría la posición fetal que adoptamos ante la agresión o las cosquillas.

Un saludo Brainy.

Anónimo dijo...
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Julio Faviel dijo...

oye, parecera extraño, pero yo si me he echo cosquillas :S y a proposito, aunque a veces que lo inetnto la risa no me sale, jaja, pero si, si me he echo cosquillas voluntariamente, y ahorita que lei el articulo, me di de cosquillas de nuevo jeje, en serio!, no creo estar ezquizofrenico :S, chale, ps los estudios tienen entonces cierto grado de error.. existen mas tipos de personas con diferencia... weno esa es mi opinion, saludos.. buen articulo.

Pedro Garrido dijo...

Minowar, llevas razón. Un pequeño porcentaje de las personas que participaban en los estudios eran capaces de hacerse cosquillas a sí mismos, pero por regla general no es así. Ten en cuenta que la ciencia siempre trata con medias y no con casos particulares. En cualquier estudio, sobre todo en biología, te encontrarás con datos que se salen bastante de la media y que pueden deberse a múltiples factores. Pero muchas veces estos datos son los más interesantes, porque son de los que se puede sacar algo en claro. Y si tu me dices que no eres esquizofrénico, pues estarías en ese pequeño porcentaje. Lo de que no eres esquizofrénico no te lo habrá dicho una voz interior, ¿no? jaja. Es broma.

Anónimo dijo...

Me ha encantado este artículo. Jamás me había parado a pensar sobre la cuestión, y ahora me doy cuenta de que no puedo hacerme cosquillas con la mano.
Muchas gracias.

Anónimo dijo...

Es cierto que un instrumento sostenido con una mano, el cerebro lo asocia como una prolongacion de la misma.

Yo por ejemplo sufro de vertigo, cuando sostengo algo y lo asomo por la ventana sufro la misma sensacion de vertigo que si me asomase yo mismo. Me pasa por ejemplo con las pinzas de la ropa, o si me asomo para sacar una foto

Pedro Garrido dijo...

misosofos: me alegro de haber podido hacer que entiendas alguna cosilla sobre el cerebro. A veces estos ejemplos son los mejores para explicar algunas de las propiedades del cerebro, sobre las que la sociedad a penas sabe nada.

anónimo: gracias por el ejemplo, me parece muy ilustrativo. Y además así ya sabes que eso que tú sientes está estudiado científicamente y dice mucho sobre cómo crea nuestro cerebro el mapa de nuestro cuerpo (que no es perfecto, ni mucho menos).

Anónimo dijo...

Un artículo muy bueno ;) Habría que diseñar un aparato para poder hacernos cosquillas nosotros mismos. Seguro que se vende bien...

Pedro Garrido dijo...

jaja, Héctor. En realidad se podría construir. La cuestión es hacer impredecible el momento de aparición del estímulo. De ese modo se sentirían cosquillas porque engañaríamos a los sistemas de predicción del cerebro.

Anónimo dijo...

Q tal, Mi pregunta es:

xq algunas personas tienen mas cosquiellas que otras? yo por ejemplo no soy de muchas cosquillas, pero mi novia, es demasiado cosquillienta, tanto, que no vi ninguna persona que se altere tanto con las cosquillas.

pregunto aca, xq no lo encontre en ninguna web...

Pedro Garrido dijo...

Anónimo, la respuesta a tu pregunta no es sencilla. Hay dos factores importantes que dan lugar a esa variabilidad, uno es la carga genética y otro el ambiente en el que alguien se desarrolla. El factor genético podría hacer que alguien tenga una mayor sensibilidad, del mismo modo que hay quien tiene una mayor visión o quien puede correr más rápido. Por otro está el ambiente: determinadas experiencias pueden modificar nuestra percepción 8del mismo modo que el entrenamiento hace que tengamos unos músculos más desarrollados).

No podría darte una respuesta más concreta porque es difícil hablar de diferencias individuales. Yo, en este caso me decantaría más por diferencias genéticas.

Anónimo dijo...

yo quiero saber que pasa cuando algunas personas no tienen cosquillas ,he leido el articulo pero no tengo la respuesta que busco,
gracias

Anónimo dijo...

Good page!

Welcome to visit my blog too!

chuy dijo...

esta algo confuso de enterder pero en mi oponion creo que es el punto exsacto que no tocamos para no sentir cosquillas

Juanma Chica dijo...

Hola, te felicito por este blog. He leído esta entrada y me ha gustado mucho, muy interesante.

Nath dijo...

Si me hago cosquillas en los pies con los dedos ¿cuenta? Ahi si me dan cosquillas y un poco menos en las costillas.(costillas cosquillas ¿?mmm)