20 octubre 2007

Teorías de la conciencia para legos en la materia.

1.Algunas cuestiones filosóficas previas.

Para desentrañar el misterio de la conciencia la primera pregunta que debemos plantearnos es, ¿qué es la conciencia? A San Agustín, cuando le preguntaban ¿qué es el tiempo? respondía: Si nadie me lo pregunta, lo sé, pero si quisiera explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. Todos sabemos lo que es ser conscientes pero no sabemos muy bien cómo explicarlo. Gerald Edelman propone una explicación sencilla: conciencia es lo que usted tiene si está despierto y lo que usted pierde en el sueño profundo bajo anestesia y recupera de nuevo al despertar. Uno de los problemas que entraña el estudio de la conciencia se encuentra en que ésta puede estudiarse tomando como referencia diferentes procesos que afectan a la propia conciencia, como la atención, la memoria, o la percepción, de modo que es posible que se estudien estos procesos, y se llegue a saber mucho sobre ellos pero no se llegue a saber nada sobre la conciencia en sí. Lo primero que habrá que saber es cómo y en qué medida cada uno de estos procesos afecta a la conciencia.
En relación con esta última crítica David Chalmers propone que en el estudio de la conciencia nos podemos enfrentar a los “problemas fáciles”, que según él son los que puede estudiar la neurociencia y que comprenderían los procesos anteriormente citados (procesamiento de la información sensorial, procesos atencionales, memoria...), pero al mismo tiempo existiría un “problema duro”, que consistiría en explicar cómo procesos físicos como la actividad de las neuronas o la liberación de neurotransmisores dan lugar a una experiencia subjetiva inefable. Para ilustrar este problema Chalmers plantea un viejo experimento mental: imaginemos a la neurocientífica María, que es la mayor experta en visión en color del mundo pero que nunca ha experimentado el color por haber estado siempre en una habitación blanca y negra. Ella puede explicar perfectamente cómo se produce la percepción del color, qué áreas se activan en el cerebro ante la visión en color, cómo esa percepción puede verbalizarse e incluso es capaz de distinguir los diferentes colores en función de la longitud de onda de la luz. Hasta aquí los “problemas fáciles”, pero a María, por mucho que conozca a la perfección esos procesos físicos, se le escapará siempre la percepción subjetiva de los colores. Lo que Chalmers afirma es que este experimento mental muestra que se dan hechos relativos a la experiencia consciente que no se deducen de los hechos físicos concernientes al funcionamiento del cerebro (veremos en futuros apuntes qué es lo que él propone para solucionar este supuesto dilema).
La neurociencia actual se divide entre aquellos que consideran que este problema duro es irresoluble (en este grupo suelen situarse también algunos psicólogos que no están muy interesados en el funcionamiento del cerebro, como Pinker), otros que plantean algunas ideas alternativas (la gravedad cuántica de Penrose, que, sin embargo sigue sin explicar este “problema duro”, también el propio Chalmers o Varela), y por último están los que niegan que exista este problema, que me atrevería a decir que son la mayoría, al menos en el campo de las neurociencias. Estos últimos defienden la identidad entre los procesos cerebrales y los procesos mentales. Crick y Koch criticaron el experimento mental de Chalmers afirmando que la razón por la que María no sabe qué es ver un color es que nunca ha tenido una representación neuronal explícita de uno en su cerebro, sólo la ha tenido de las palabras e ideas asociadas a los colores.
Esto último tiene mucho que ver con aquella vieja pregunta de Thomas Nagel “¿Cómo es ser un murciélago?”: si no poseemos el cerebro de un murciélago podremos explicar perfectamente su conducta en base a la anatomía, bioquímica y fisiología de su cerebro pero no sabremos nunca cómo es ser un murciélago. Edelman zanja este tema con una afirmación que en mi opinión no se tiene muy en cuenta (aunque creo que es muy importante) al estudiar la conciencia: la ciencia expone sus resultados en forma de leyes o teorías explicativas que informan sobre un determinado proceso o evento, pero nunca son ese proceso o evento.
Cuando estudiamos la conciencia lo estudiamos desde fuera de nosotros mismos (como debe hacer siempre la ciencia) pero no podemos despojarnos de nuestra conciencia y dejarla a un lado, de modo que aunque lleguemos a explicar perfectamente la conciencia siempre habrá quien piense que hay algo más, pero no es así. Si se asume la identidad proceso cerebral=proceso mental este problema no existe. Un ejemplo tal vez nos sirva de ejemplo en este caso. Imaginemos que somos un objeto en movimiento parabólico y que (cosas de la imaginación) tenemos conciencia. Yo podría saber que estoy compuesto de átomos que establecen uniones entre ellos para formar moléculas y que estas moléculas se unen entre sí formando una estructura geométrica determinada y que además llevo una velocidad determinada y que la gravedad condiciona mi movimiento en el aire, así como la propia resistencia que opone el aire. Pero a pesar de saber todas esas cosas (además de mi punto de fusión y otras variables físicas) siempre pensaría que ese no soy yo, que hay algo más. En este artículo de Dennett se explica muy bien esta aparente (e inexistente) diferencia.
En mi opinión este supuesto problema tiene mucho que ver con aquella antigua diferencia metafísica entre esencia y acto de ser, substancia y accidentes, etc. Esta concepción de la realidad hace que se pueda escuchar la afirmación: la ciencia explica el cómo y el por qué de las cosas pero no explica qué son las cosas (expresada recientemente por el insigne Sr.Sánchez Dragó en una entrevista a Punset, donde dejó muy clara su ineptitud científica (seguía hablando del bien de la especie) y de su opinión nefasta de los científicos (según él arrogantes y soberbios, se ve que no se mira mucho el ombligo...).

En la siguiente entrega: características de la conciencia y algunas teorías sobre ella.

Bibliografía: en el texto hay algunos enlaces a artículos de los autores mencionados, pero si queréis saber más, decídmelo en los comentarios.


26 comentarios:

Germánico dijo...

Hola Brainy,

Veo que has pasado ,inadvertidamente quizás, de Watson a Crick. Este último, a diferencia del primero, continuó en la vanguardia de la ciencia ,atacando en sus últimos años el problema "duro". Probablemente Dragó le habría parecido arrogante.

Yo creo que hay un salto cualitativo de las sinapsis a los qualia. Y pienso que aunque se intente resolver el problema obviándolo, lo único que se hará es despejar el camino para centrarse en los problemas "fáciles" (excelente idea el entrecomillarlo).

Y supongo que ese es el camino, porque para llegar a explicar el salto a la conciencia habrá que comprender mucho mejor cómo funciona la mente a través de la resolución de los problemas fáciles.

Excelente resumen de autores e ideas.

Propongo algunas lecturas:

1) Revista TEMAS de Scientific American nº 28 (La consciencia). con artículos de Crick y Koch, Chalmers, Damasio, Ledoux, Gazzaniga...entre otros.

2) La Búsqueda Científica del alma, de Crick.

3) La consciencia, de Koch.

4) El Universo de la conciencia, de Edelman y Tononi.

5) La nueva mente del emperador, de Penrose.

6) La mente consciente, de Chalmers.

Y debe ser interesante la obra sobre el particular de los filósofos Dennet y Searle.

Carlos Suchowolski dijo...

Sin entrar a opinar sobre las últimas (y no tanto) hipótesis de la neurobiología que desconozco, permitidme un par de líneas un tanto filosóficas. En primer lugar, debemos separar conciencia de autoconciencia y de este modo aceptar que los predescesores del hombre (hasta bastante más allá de los primates) ya tenían una especie de conciencia al menos de lo que no era su yo y sólo de lo que usaban del mundo de un modo inmediato y desconectado (la rama, el propio pico, una piedra, un insecto delicioso, la propia mano... etc.) El ser humano se distinguiría por la incorporación al ámbito de su conciencia de un "nuevo" objeto: el yo, adquiriendo o alcanzando un grado nuevo de consciencia: la autoconciencia.
Esto a título de mostrar la continuidad (y discontinuidad) en el proceso evoluitivo, o la genealogía de la conciencia y de la autoconciencia humanas.

Por otra parte, es obvia la dificultad para el hombre de delimitar su yo. Esto se debería a mi entender en la capacidad (de extrema utilidad para la supervivencia) que tiene la conciencia (presente en sus formas más primitivas) para delimitar objetos y... dejar hacer al instinto (basado en el sistema nerviosso central, que se encargaría "por sí solo" de orientar y coordinar todas las partes del cuerpo y del organismo "más o menos" individual.
Estudiando las formas más primitivas se puede ver que la autoconciencia funciona en parte del mismo modo, con el problema añadido que el yo aparece ante ella como un objeto útil más, que ha sido "reconocido" como tal, por sus efectos y su uso, lo que permite una consciencia acerca de sus características evidentes y posteriormente su estudio científico (que es "otra cosa" que también hace la mente humana, o mejor dicho, el cerebro humano: producir conceptos.)
El dilema está, pues, para mí, situado en la propia idiosincracia del cerebro que en los humanos alcanza el estadío descripto provocando una seria confusión que el hombre intentará resolver mística y luego más científicamente (muchas veces con una concepción que insiste en buscar el "corazón" del yo en alguna parte concreta) y que produce colateralmente pensamientos animistas y/o antropocentristas y/o deistas y/o simplemente omnipotencia.
Estoy cada vez más convencido de que la autoconciencia es un "mero" (¡menudo mero!) resultado de la evolución y que debe ser estudiado desde ese ángulo. Al hacerlo, se me hace muy evidente que la sensación que tengo de ser yo es un mero (¡otro!) recurso instintivo por un lado y un resultado del propio funcionamiento "mal limitado" (o sea real y no diseñado a priori) del proceso de reflexión del hombre. ¿Una perogrullada?, quizá una tautología, pero que situa en problema donde creo que hay que situarlo.
Ahora bien, para terminar, me ha gustado mucho la descripción del proceso de "toma de conciencia" tal como lo hace Dan Denett ("Conciousness Explained", que trataré de conseguir para leer cuando tenga más tiempo) como una superposición de borradores de los que el que más encaja con la realidad (compleja de individuo y entorno; esto es de mi propia cosecha) se convierte en algo así como la última versión que sería la conciencia. Creo que es a lo que apunta Germánico cuando menciona los "qualia", ¿no es así? Pero eso, que me gusta como aproximación y que encaja con la teoría de la complejidad tal y como la vengo pensando, no será definitivo ya que la cosa apenas acaba de empezar. No obstante, sí creo que la orientación global es iportante, y coincido con Dan en que la idea de "un yo" metido en el cerebro, controlándolo, es "la mala idea más tenaz que sesga nuestros intentos de pensar sobre la conciencia", la "mala idea de que hay un observador dentros del observador", y coincido con él en que "Es difícil escapar de ella (esa idea)". O sea, de essa necesidad de coherencia que necesitamos para sobrevivir a pesar de la contradicción que reflota y reflota empujándonos a veces al abismo...

Anónimo dijo...

Esperaremos impacientes a la próxima entrega :)

Pedro Garrido dijo...

Hola a todos:

germánico, a decir verdad, no tenía pensado escribir nada sobre Watson (no ha hecho nada reseñable en investigación desde el Nobel), pero surgió aquello y era una perita en dulce para un blog de ciencia, para qué nos vamos a engañar.

Yo, la verdad, coincido más con Dennett y con Edelman en el problema de los qualia (en la posición de que en realidad no existe tal problema) que con Chalmers o Pinker. Me parece que la cuestión es difícil de aceptar porque nos estudiamos a nosotros mismos y vemos todo desde dentro. Te recomiendo que leas el enlace que he puesto a un artículo de Dennett donde trata precisamente este problema y hace un paraelismo con un vitalista. Y en este sentido van también las concepciones de Llinás, del que aún no he hablado.

La lista de libros que recomiendas es imprescindible, auqnue tengo mis reservas con Penrose. No creo que la explicación vaya a venir del campo de la física (me decanto más, aunque esto es sólo intuición, por las matemáticas y por una teoría de la información bien desarrollada (Edelman, por ejemplo, como bien sabes, ha intentado dirigirse en ese sentido).
Lo de las comillas de los problemas fáciles es más una idea de Pinker, que dice que eso de problemas fáciles es en realidad un eufemismo, y creo que lleva bastante razón (los que trabajamos en esto sabemos que en realidad es así).

carlos: te has adelantado al siguiente apunte donde pensaba hablar algo sobre conciencia y autoconciencia, que como bien dices no son lo mismo. Creo que el lenguaje ha jugado un papel muy importante en la segunda aunque probablemente no ha sido el único factor que ha influido en ello dado que parece que los chimpancés y creo que los orangutanes podrían también tener una cierta autoconciencia.
Como bien dices, sin duda, tanto la conciencia como la autoconciencia son productos evolutivos, no son más que funciones que auidan a la supervivencia del individuo. La idea que propone Llinás es la de un centro unificador de modo que los distintos módulos que conforman la mente no sean contradicotorios entre sí y que la lagartoja cuando se mueva lo haga como un individuo y no con las patas delantearas por un lado, las traseras por otro y el rabo por otro.
Por último, las ideas de Dennett no están mal pero no se adentra en la eplicación neurobiológica y a esa es a la que aspiramos. Mientras no tengamos esa explicación seguiremos sin saber nada. Él se queda en la psicología que me parece, eso sí, una aproximación válida, pero no suficiente para explicar la conciencia.

Carlos Suchowolski dijo...

Interesante. Quedo a la espera de la siguiente entrega.
Un abrazo.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Viene a cuento esta cita de Leibniz (Monadología):

Es forzoso, además, confesar que la percepción, y lo que de ella depende, es inexplicable por razones mecánicas, es decir, por las figuras y los movimientos. Si se finge una máquina cuya estructura la haga pensar, sentir, tener percepción, podrá concebirse aumentada, conservando las mismas proporciones, de suerte que pueda entrarse en ella como en un molino. Supuesta tal máquina, no hallaremos, si la visitamos por dentro, más que piezas empujándose unas a otras; pero nunca nada que explique una percepción.

Así pues, habrá que buscar esa explicación en la substancia simple y no en lo compuesto o máquina. Por eso, en la substancia simple no puede hallarse nada más que esto: las percepciones y sus cambios. Y sólo en esto pueden consistir también todas las acciones internas de las substancias simples.

Anónimo dijo...

Hola!
Pues para mi consciencia es el conjunto de procesos mentales (la anotacion en Mis Cosas, mi weblog, sobre los procesos mentales) que llegan a la mente consciente, la que se usa para mejorar nuestras posibilidades de sobrevivir en nuestro entorno, tan simple como eso

Creo, ademas, que TODOS los animales tienen consciencia en el sentido que aqui comento pues todos ellos son capaces de "aprender" (o hacer consciente segun se prefiera) solo que a mas nivel de consciencia mas capacidad para observar como afecta determinada actitud a esa necesidad de perdurar que todo ser lleva implicita, cosas de la evolucion (solo los mas conscientes de cada especie sobreviven)

El problema con todos estos asuntos (lo que hace que no encontremos nunca la respuesta correcta) tiene que ver, en mi opinion, con el ombligismo del humano y su necesidad de ser mas y mejor que el resto (tambien tiene que ver con ese instinto de supervivencia urbanizado que llamamos ego)

Creo firmemente que la consciencia es replicable por un ordenador (en eso trabajo desde hace cuatro años) en el momento que seamos capaces de describirla adecuadamente y para ello solo es necesario hacer un viaje a uno mismo y a su percepcion de las cosas

En el momento que uno es capaz de empatizar con otro ser, uno se "hace consciente" de la situacion del otro asi que si uno se para a empatizar con sus propios pensamientos mas como observador que como parte se produce la consciencia de uno mismo (que creo que diferenciar del resto es algo no muy util pues el proceso es el mismo)

Saludos

Príncipe Istar dijo...

Menos mal que algunos blogs dicen las cosas como son y no inventan tonterías extraterrenales.

Felicidades por el blog. Les seguiré visitando.

Príncipe Istar dijo...

irich:
"Es forzoso, además, confesar que la percepción, y lo que de ella depende, es inexplicable por razones mecánicas, es decir, por las figuras y los movimientos."
idea de un filósofo del siglo XVII, toda una autoridad en neurociencia, como todo el mundo sabe y que no aportó una sola prueba de la existencia de las supuestas móndas (ni nadie lo ha hecho desde entonces).
Parezco Julio Anguita con aquello de programa, programa, programa, pero me repito procesos cerebrales=procesos mentales. Las discusiones filosóficas han de ir acompañadas de pruebas empíricas si no, se convierten en simmples especulaciones que cualquiera puede idear.

garito: estoy de acuerdo contigo en que el origen de la conciencia es evolutivo (sin duda), y también de que en un futuro (aunque creo que más kejano que cercano) se construirán máquinas conscientes. Si se conoce el soporte físico capaz de dar lugar a la conciencia no veo por qué no se podrá replicar eso mismo en una máquina.
Pero difiero contigo en la definición que das de consciencia. El aprendizaje no implica necesariamente consciencia y, de hecho, hay aprendizaje inconsciente. Siempre se cuenta el caso de un famoso paciente que tenía lesionados sus hipocampos y por tanto no podía almacenar información nueva, pero aprendió a dibujar una estrella mirando su mano en un espejo. Cada día que llegaba la doctora y le ponía a hacer la prueba para él era como si lo hiciese por primera vez (no era consciente de haberlo hecho nunca), pero sorprendentemente cada día hacía mejor la prueba (estaban entrando en juego algunas estructuras diferentes de la corteza cerebral).
Sobre si la conciencia existe en el resto de animales: la cuestión es complicada. desde luego que un animal percibe dolor y distingue colores. Creo que ena cuestión de complejidad (ciertos patrones de conexión entre neuronas dan lugar a la aparición de la concienia). En cuanto a la autoconciencia sí que parece claro que casi ninguno la posee, salvo tal vez (y también hay algún escéptico al respecto) los chimoancés y los delfines.

principe istar: siempre nos alegra tener nuevos lectores. Bienvenido.

Pedro Garrido dijo...

¿? Aquí se adueñan del blog de uno en un momento.
pues nada, príncipe istar, bienvenido.

Daniel Vicente Carrillo dijo...

Príncipe Istar:

Lo que Leibniz está diciendo es que ninguna prueba empírica es suficiente para fundamentar una percepción, si entendemos ésta como "la representación de lo múltiple en lo uno". ¿Hay modo de probar con hechos lo uno, la unidad metafísica? No lo hay, salvo que sea oblicuamente.

Os he citado en mi blog, donde estoy discutiendo sobre este particular con otra persona. Os aseguro que todo esto es una contienda de definiciones, pero no por ello un mero juego de palabras. Buscar hechos cuando no se sabe lo que se busca es un sinsentido.

nbinkd dijo...

Interesantísimo tema...pero por desgracia inabordable. Todavía no ha habido ninguna idea, descubrimiento o experimento que nos aclarase lo que es la conciencia. Falta mucho por hacer, lo malo es que nadie sabe por donde empezar. Lo único que tenemos son explicaciones que hablan del problema, pero que no nos lo aclaran.

PD: En mi blog tengo un relato corto que habla de la conciencia inspirado en el célebre artículo de dennett "donde estoy yo?" Quizás interese a alguien de por aquí.

Jafma dijo...

Hola, y enhorabuena por el resumen del estado del arte, muy interesante :-)

Por aportar un granito de arena desde otro área, desde el punto de vista de los sistemas complejos (y la conciencia lo es), en los que "emergen" efectos y comportamientos de la interacción de procesos más simples, no es igual estudiar y conocer esos procesos simples que conocer el proceso complejo final. Es decir, que decir que estudiar los problemas "fáciles" es lo mismo que estudiar la conciencia sería un error: nos olvidamos de estudias las relaciones entre los componentes fáciles, que quizás, en sí mismas, sean la conciencia. O sea, que el problema sí que existe, pero no tiene nada de mágico. Simplemente es que no se sabe cómo emergen cosas complejas de otras más sencillas... Dicho de otra manera: que el reduccionismo no puede con todo (tampoco sabemos si otra cosa sí podrá...).

Pedro Garrido dijo...

jafma: estoy de acuerdo contigo pero con un matiz. El reduccionismo a veces es mal entendido. Por supuesto que una neurona no nos va a explicar la conciencia, porque una neurona por sí sola no hace nada, ya que necesita de las conexiones con otras para poder realizar ciertas funciones. Es lo que mucha gente llama propiedades emergentes, que a mí no me parece nada fantástico, pero que mucha gente eleva a los altares como si fuesen cosas inexplicables. Pero la molécula de agua se supone que tiene propiedades diferentes de las de un átomo de oxígeno y dos de hidrígeno por separado, pero podemos explicar más o menos bien por qué ocurre esto. Pero estoy de acuerdo con que hay que hacer un esfuerzo en el estudio de los sistemas complejos. pero es que es tan complejo...(una broma, un poco mala, lo sé).

Daniel Vicente Carrillo dijo...

¿Cómo puede ser el efecto más complejo que la causa? ¿Habéis hecho alguna vez algo que os supere en complejidad? Y, si os supera, ¿cómo es que lo habéis hecho? No hay manera.

¿Es la sociedad más compleja que la suma de sus individuos y sus respectivas relaciones? Si no lo es, ¿cuándo podemos hablar de sociedad? ¿Cuando hay al menos dos individuos asociados? Por supuesto. ¿O diremos que para que haya sociedad tiene que darse un régimen político complejo y representativo? No lo diremos. Entonces, ¿por qué nos limitamos a hablar de consciencia cuando ésta es tan clara como nuestra consciencia humana? ¿No existen también consciencias disminuidas, apopléjicas o en germen, que no por ello son no consciencias?

Jafma dijo...

Brainy: eso mismo :-)

irichc: sí, el efecto puede ser (y es) más complejo que la causa, aunque claro, lo suyo sería definir bien qué se entiende por complejidad :-) Por ponerte un ejemplo mu simple: las hormigas construyen hormigueros. Y cualquier científico de ese área te podrá asegurar que el cerebro de una hormiga no tiene un mapa del hormiguero ni sabe qué es un hormiguero (como entidad completa).

Si el efecto no pudiera ser más complejo que la causa no estaríamos aquí :-) Seríamos nubes de partículas y nada más que eso.

Lo que es más filosóficamente peliagudo es cómo se puede explicar que el efecto tenga más información que la causa (una de las definiciones de complejidad es la cantidad de información). Ahí ya me pondrías en un aprieto, porque... ¿es que el efecto ha creado información? Y ¿de dónde?

Jafma dijo...

Me contesto yo mismo a mi última observación: desde el punto de vista físico, se crea más información (que no es otra cosa que orden) porque decrece la entropía. Y de dónde sale la información nueva: del consumo de energía (o reducción de entropía) del entorno. Así que tampoco hemos profundizado mucho: el efecto es más complejo que la causa cuando es producido por una entidad que consuma energía. Y siempre que la consuma de cierta forma que genere ese efecto, claro :-)

Daniel Vicente Carrillo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Daniel Vicente Carrillo dijo...

Decir que el efecto es mayor que la causa equivale a sostener que hay fenómenos que surgen de la nada y que el "perpetuum mobile" puede llevarse a cabo. No. Las hormigas no son superiores a su instinto, ni la obra de todas ellas sobrepasa a la de cada una de las que la han hecho posible.

Lo complejo puede dar lugar a lo complejo en su natural desarrollo. Pero lo complejo no es capaz de generar lo simple más que por descomposición. Ahora bien, la consciencia es simple (tiene percepciones irreducibles a procesos físicos) y se da en cuerpos organizados, no en los descompuestos. Por tanto, la consciencia o su germen existen de forma independiente al cuerpo y en un distinto grado de desenvolvimiento, paralelo al de éste.

El reduccionismo dice que todo cuanto acontece puede explicarse mediante las leyes que rigen la materia, vista como un agregado de elementos más sencillos analizables separadamente. El emergentismo lo niega y opone el concepto de relación al de ley.

Mi pregunta es: ¿Acaso no toda relación puede ser subsumida en una ley que permita el cálculo "a priori" de la interacción de sus variables? ¿O será tal vez que se falsea el problema, puesto que la subjetividad no es en esencia una relación?

Anónimo dijo...

Istar: Creo que estas confundiendo aprendizaje con adquisicion de una habilidad

Para ser funambulista mi cerebro tiene que aprender una serie de sensaciones que son las que me permiten estar suspendido de un cable y mantener el equilibrio (cosa que no es nada facil y sino miremos la naturaleza y busquemos cuantos animales aguantan el equilibrio sobre sus patas posteriores)

Que no seas consciente de una de tus habilidades no implica que no la tengas implica que no la puedes USAR a voluntad (sera la voluntad un sintoma de consciencia? yo creo que si)

Al final podemos abordar el problema desde muchas dimensiones: desde la mecanica cuantica hasta la relatividad pero no hay que olvidar que la consciencia es una "sensacion" que tenemos y solo nos afecta a nosotros. En la programacion de ordenadores sabemos que si nos salimos del dominio del problema dificilmente encontraremos una solucion "simple" que es de lo que se trata

Quiza esta realidad no sea mas que una idea en la imaginacion de alguien (o yo mismo) quiza solo sea un monton de cositas que se atraen y que acaban formando un planeta por asociacion

Siempre se corre el riesgo, cuando se tratan estos temas, de estar perdiendo el tiempo con cosas que son intrascendentes

Que pasaria si la consciencia solo fuese el resultado de los años que llevamos intentando diferenciarnos del humano de al lado cuando lo realmente interesante podria ser que debemos aprender a ser unas veces hormigas para poder hacer un hormiguero y otras veces a ser un dios para poder hacer un niño?

Yo, por mi parte, trato de no perder la naturaleza y sus patrones conocidos y tiendo a pensar que la consciencia sirve para aplacar mi ego (ego = instinto de supervivencia urbanizado) pues me da la seguridad (falsa o no) de que podre afrontar determinadas eventualidades (conocidas en carne propia o no) con posibilidades de sobrevivir

Jafma dijo...

irichc dijo: "Decir que el efecto es mayor que la causa equivale a sostener que hay fenómenos que surgen de la nada y que el "perpetuum mobile" puede llevarse a cabo."

Pues no, la verdad es que no veo la equivalencia. Una cosa es que el efecto sea más complejo que la causa (lo cual puede ser, y repito, es), y otra cosa es decir que la mayor complejidad surge de la nada, que no es cierto: en última instancia surge de la energía absorbida del entorno, aunque la causa esté restringida a quien produce el efecto.

Y las hormigas, efectivamente, hacen obras que sobrepasan a lo que podría hacer cada una en solitario. Como nosotros mismos.

En cuanto a tu pregunta de si toda relación (o función) no puede ser subsumida en una interacción de sus variables, sí, puede serlo, pero a que la ley que la subsuma permita el cálculo de la misma, no, no es cierto. Ahí están los sistemas caóticos, entre otros, fácilmente subsumibles en una relación simple entre sus variables, e imposibles de predecir.

Príncipe Istar dijo...

garito: no confundo nada. El aprendizaje es un proceso mediante el cual se adquieren conocimientos, habilidades y valores. Por tanto, la adquisición de una habilidad es también aprendizaje.
Una rata o un perro pueden mantenerse sobre sus patas posteriores.
La voluntad no tiene nada que ver con la conciencia, pues el hecho de prestar atención, por ejemplo, puede ser simplemente debido a estímulos que procesamos de forma onconsciente, del mismo modo que lo que tú piensas que es un acto volitivo puede estar condicionado previamente por estímulos que no percibes conscientemente.
Lo de la realidad imaginada por alguien ya se lo inventó Borges en Las Ruinas circulares, pero no cuela. Hemos diseñado aparatos que nos permiten detectar lo que hay ahí fuera sin necesidad de recurrir a la subjetividad.

"la consciencia sirve para aplacar mi ego (ego = instinto de supervivencia urbanizado) pues me da la seguridad (falsa o no) de que podre afrontar determinadas eventualidades (conocidas en carne propia o no) con posibilidades de sobrevivir". Esto no es una definición de conciencia sino de autocontrol, que no tiene nada que ver con la conciencia. Sobre lo que comentas se sabe bastante más que la sobre la conciencia. En ello está muy implicada la corteza prefrontal.
Y, por último, la conciencia no es una sensación, es un estado que es producto de un conjunto de sensaciones.

Fernando Blanco dijo...

Gran artículo, Brainy. Yo soy muy aficionado al tema de la conciencia. De todo lo que has dicho, creo que me tira más la onda Dennett-Edelman, en el sentido de que no hay nada en la conciencia que sea inaccesible a una ciencia en tercera persona (o sea, que los qualia los dejamos para los filósofos).
Estos días estoy además empezando "La conciencia" de Koch y tengo pendiente una recopilación de artículos de Searle. Es un asunto apasionante.
¡Buen trabajo!

Pedro Garrido dijo...

gilgamesh:
Ya leí en Psicoteca algún apunte tuyo sobre Dennett y Edelman. Comparto tus ideas. Las ideas de Koch no me terminan de convencer por esa tendencia demasiado reduccionista que me parece que mantiene, intentando buscar "las neuronas de la conciencia" y atribuyendo gran parte de la responsabilidad de la conciencia al claustro.
Por cierto, que en el último numero de Scientific American hay un buen artículo en el que confrontan sus ideas Koch y Greenfield. Es muy sencillo y ayuda bastante a entender algunos problemas.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Excelente resumen..
Respecto de hacer una ciencia explicativa de la conciencia (en cuanto a los problemas duros de Chalmers), hace un rato vengo sintiéndome un poco pesimista... no porque la conciencia no sea un fenómeno del mundo posible de ser estudiado científicamente, si no por nuestra ineptitud al definir "Qué sería una explicación de la conciencia". La ciencia cognitiva desde sus orígenes planteó el ideal de la construcción de agentes artificiales que exhibieran nuestras propiedades mentales, de modo de, por análisis de dichos sistemas, comprender las propiedades funcionales que posibilitan que la materia piense. Sin Embargo, ni siquiera el éxito en la prueba de Turign asegura conciencia, ya que, en estricto rigor, ni siquiera tenemos evidencia de la conciencia subjetiva de las personas que nos rodean, sólo una teoría implícita sobre sus mentes.
¿Como generar evidencia de ese estado subjetivo que es sentir que yo soy yo?, no lo creo posible.. Pero podemos avanzar, y se ha hecho bastante en cuanto al "problemas fáciles", mediante la estrategia de los Churchland de la identidad tipo-tipo.

por otra parte, gracias por tu comentario en mi blog, me recordaste que debía tocar el tema del libre albedrío...Por lo mismo actualicé con "...de la ilusión de libertad"

saludos.

Anónimo dijo...

Good blog!