En una noticia publicada en la revista Science (FAITH AND SCIENCE: In Europe's Mailbag: A Glossy Attack on Evolution), Martin Enserink, un colaborador habitual de la revista, narra un hecho desconsolador. Durante las ultimas semanas diferentes científicos de al menos 4 países de Europa Occidental han recibido el primer tomo de un atlas titulado Atlas of creation. Increíble. El autor de semejante disparate parece ser un tal Adnan Oktar, creacionista islámico firmando con el seudónimo de Harun Yahya, quien debe poseer un alto cargo en
Para apoyar sus afirmaciones creacionistas, según relata la noticia, Yahya presenta láminas con imágenes de fósiles y animales actuales que guardan un especial parecido, lo cual debe suponer un tremendo insulto a la biología moderna y un desconocimiento absoluto de la diferencia entre analogía y homología de caracteres en diferentes organismos. Por lo visto, son cerca de 500 páginas del volumen las que presentan imágenes que “apoyan estos razonamientos”. Además, según se desprende del artículo, hay cierto peligro de que este insulto al conocimiento científico tenga calado en el sistema educativo francés. Por razones similares, la propia sociedad de otros muchos países también se encontraría en peligro dada la considerable accesibilidad a los textos (distribución en masa gratuita, traducción a varios idiomas) o la pobre formación evolutiva de los lectores que no presten una actitud crítica frente a los contenidos del mismo. Del mismo modo, la pregunta que nos genera todo esto es, en gran parte, ¿quien sufraga el coste de envío de esta multitud de copias de un “ladrillo” de más de 700 páginas? Según parece, tras todo esto podrán encontrarse intereses estadounidenses o saudíes, aunque según narra el autor, esto no se pudo demostrar. La noticia también relata el temor que tienen ciertos investigadores franceses para tratar este hecho, para criticarlo, principalmente por los posibles problemas o tensiones que pudieran generar con minorías religiosas seguidoras de esta idea en Francia. Finalmente, dando una nota de color, el autor cita propuestas de utilización del libro que han sido llevadas a cabo por diferentes científicos, como soporte de una lámpara o como dice otro, donarlo a un grupo ecologista, que ojala lo encuentre biodegradable o reciclable.
En conclusión, es lógico que cada cual regale lo que quiera y que sea la opinión y la curiosidad de cada lector la que marque realmente la separación entre lo real y lo imaginario, la evidencia científica y la palabrería. El problema radica en que no siempre es así y la sociedad puede verse influenciada en sus ideas y conocimientos en base a la idea predominante o con la que le bombardeen con más fuerza. Lógicamente, luchar frente un mecanismo con semejante disponibilidad de bienes y capacidad de difusión como el tratado aquí, los convierte en un difícil enemigo. Para dar un rayo de esperanza, nos gustaría abogar por mejorar la divulgación de la ciencia por parte de nuestros científicos, así como fomentar una mejor comunicación de los resultados científicos en los medios de comunicación, pues en nuestra opinión es la mejor forma de hacer frente a estos desalmados. Esperamos que esta bitácora sea una de estas barreras.
2 comentarios:
Luego se quejan d q no se enseña como es debido la historia d España dependiendo d la Comunidad Autónoma, pero d estas barbaridades no se preocupa nadie!!!
es un problema muy grave, en estados unidos hay una lucha importante. Parece que están entrando en Europa, espero que sepamos defendernos.
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