A día de hoy, cuando uno tiene la fortuna de terminar un
manuscrito, nos podemos encontrar con múltiples opciones a la hora de elegir
donde publicar nuestros resultados, y aunque es obvio que siempre intentaremos
publicar en las revistas “mejor colocadas” (aquellas con un índice de impacto),
también nos toparemos con una dicotomía: “revista tradional” o de “libre acceso
(open access)”.
Partiendo de la base que esto es un negocio para las
editoriales, la diferencia más notable entre ambas opciones radica que mientras
que en las primeras publicas cediendo los derechos del artículo a la revista (o
editorial), en la segunda, los autores conservan los derechos del texto.
Obviamente esto se traduce en que las primeras se lucran de las suscripciones
de cada organismo (biblioteca…) y las revistas de open access, es el autor el
que asume el pago del artículo y la revista hace accesible ese artículo a toda
la audiencia posible. Como es lógico, estas alternativas tienen sus
contraprestaciones, entre las que se encontrarían el compromiso entre la
facilidad para que un artículo de libre acceso sea más accesible
(potencialmente más citado) que su alternativa “de pago” a costa de asumir el
pago de una cantidad nada desdeñable de dinero. En este sentido, las preguntas que nos planteamos son muchas ¿es siempre
posible soportar estos gastos? ¿pagar el artículo o financiar futuros estudios del proyecto? ¿te darían un proyecto que contemplase una elevada (aunque realista) cantidad destinada a pagar los artículos?
En épocas de bonanza y había posibilidades, uno podía
plantearse publicar uno o varios artículos (en el mejor de los casos y siendo
afortunado por publicarlos) en revistas de libre acceso. Muchas de estas
revistas ya se encuentran copando las primeras posiciones de los rankings de
muchas categorías y obviamente, publicar en ellas siempre es interesante. Pero
el coste que hay que asumir puede resultar un escollo insalvable para muchos
autores. Bien es cierto que ciertas revistas te dan la opción de publicar “gratis”
con una justificación adecuada. Además, las revistas tradicionales no siempre
son “gratuitas” para el autor, y piden una cantidad por el coste de la edición
e impresión del artículo. En este sentido uno no puede dejar de plantearse que
si las revistas cobran por publicar a los autores, estos en su rol como
revisores de artículos (y otras labores que pudieran desarrollar en beneficio
de la revista) no deberían dejar de llevarse parte del pastel. Para reflejar
con claridad de lo que estamos hablando, sírvanse algunos ejemplos: BMC
Plant Biology (de BioMed Central) pide €1525 por cada artículo aceptado
para publicación, en otras como PLOS Biology pueden llegar a pedir US$2900.
Obviamente, viendo esto, las editoriales tradicionales también se han subido al
carro del open Access y ofrecen a los autores pagar un coste extra por hacer su
artículo en particular de libre acceso. En este caso, revistas como Parasitology piden la nada desdeñable
cantidad de $2700 por artículo. Esto también es la ciencia en números…
No obstante siempre hay alternativas (o triquiñuelas, según
se prefiera), una de ellas podrían ser los repositorios de las instituciones a las
que pertenecen los autores en las que se publicarían artículos “tuneados” con
los que pueden salvar el escoyo del copyright de las revistas. Otras alternativas
cada día más ampliamente utilizadas son también recursos como “researchgate”
donde los autores pueden hacer accesibles sus publicaciones y tienen el
beneficio de que enlazan directamente desde buscadores generales como google
académico.
Uno no puede dejar de pensar en estas tiranías del sistema…
2 comentarios:
Y todo esto sin mencionar a los predatory journals: http://scholarlyoa.com/2012/12/06/bealls-list-of-predatory-publishers-2013/
No se puede tener un mañana mejor si usted está constantemente pensando en el pasado.
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