14 octubre 2008

Los CSIs de la conservación, tras la pista del lince

Hoy tomaremos un enfoque un poco más aplicado a la conservación, una aplicación de la ciencia básica, de los conocimientos en genética.


En los últimos años, todos hemos sido conscientes de la gran amenaza que sufre el lince ibérico, uno de los felinos más amenazados del planeta. No es momento de hablar de la importancia de este depredador en nuestros bosques, ni tampoco de su belleza. Eso es algo que todos sabemos, algo lo que de un u otro modo todos somos conscientes gracias a los documentales, fotos, etc.


En ciertas ocasiones, siempre menos de lo que nos gustaría, las noticias nos sorprenden con nuevos nacimientos de ejemplares gracias a los programas de cría en cautividad. El fin de estos programas es, en último término, suponer una fuente de nuevos ejemplares con los que retornar las poblaciones salvajes a niveles viables. Quizás, en un futuro, con existo, ver linces en libertad sea difícil, pero no imposible. Desgraciadamente, también las noticias frecuentemente nos informan de la pérdida de ejemplares libres por atropellos en las carreteras.


Aunque en el pasado, el lince ocupó múltiples localidades de la península, en la actualidad se consideraba que las poblaciones silvestres se restringían a Doñana y Andujar-Cardeña. Afortunadamente, ahora sabemos algo más. Recientemente, en el número de Agosto de la revista Biological Conservation, el investigador predoctoral F. Alda y el resto de coautores detallan un esperanzador descubrimiento. Tras la recolección de más de 500 heces en los Montes de Toledo, se pudo determinar la especie de procedencia de algo más de 300 de ellas. El análisis genético de esas muestras fecales demostró que la inmensa mayoría procedían de gatos (silvestres o domésticos), un número menor procedían de perros (quizás de lobos o híbridos), unas pocas de zorros y alguna que otra, de lince. DE LINCE.


Análisis genéticos más detallados de estas muestras permitieron detectar claras diferencias genéticas entre las poblaciones de Doñana y las de los Montes de Toledo, lo que tiene claras implicaciones en conservación de diversidad genética de las especies. Lógicamente, la conservación de un espacio como los Montes de Toledo, en el que habitan especies en claro peligro de extinción, obliga a las autoridades competentes a desarrollar planes específicos de conservación, evitando la destrucción del hábitat. Además, suponen un nuevo frente a considerar en los futuros planes de reintroducción de ejemplares criados en cautividad, pues al tratarse de poblaciones con claras diferencias genéticas, habría que intentar maximizar la conservación de esta diversidad que nos queda, potenciando cruces entre ejemplares de diferentes poblaciones.


Quizás, los movimientos sigilosos de esta especie nos den más alegrías en el futuro, permitiéndonos detectar su presencia en algunos otros lugares donde los dábamos por perdidos.


Referencia: Alda et al. 2008. Animal Conservation 11 (2008) 297–305.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como se esconden los linces, los tíos. Gran noticia!! Con razón tienen fama de listillos...:)

Un saludo ;)

Parasite dijo...

sí, son unos "linces"...