2. El problema del enlace.
Una de las cuestiones principales a la hora de enfrentarse al estudio de la conciencia es determinar si realmente la percepción que tenemos de que la conciencia es unitaria es veraz o se trata tan sólo de una apariencia.
La idea intuitiva es que nuestra conciencia es unitaria, es decir, sólo podemos tener un estado de conciencia al mismo tiempo. De entre los millones de posibilidades que se nos presentan ante una escena elegimos una sola (no es posible ser consciente de dos escenas al mismo tiempo, aunque paradójicamente esta elección muchas veces se realiza de forma inconsciente). Esto es más fácil de entender si miramos una de esas figuras reversibles, como el cubo de Necker. Cuando observamos este cubo vemos sólo una de las dos disposiciones espaciales posibles al mismo tiempo. Algunos autores, como Koch están convencidos de que estudiar el paso de ver una disposición a otra es clave en el estudio de la conciencia y, de hecho, varios grupos de investigación están estudiando este proceso.
El problema del enlace trata de resolver la siguiente pregunta: ¿cómo, percepciones de distinta naturaleza física, que activan diferentes grupos de neuronas llegan a conformar una imagen de conjunto, la experiencia consciente unitaria? Las respuestas a este problema han sido variadas. Veamos las tres posibilidades principales que se han propuesto.
Por un lado están los que niegan, o al menos ponen trabas, a que tal enlace suceda. En este grupo estaría el neurobiólogo Semir Zeki que propone que no existe una conciencia única, sino que lo que existen son microconciencias. De hecho, algunos resultados experimentales apoyan su visión, pues se ha mostrado, por ejemplo, que la percepción consciente de ciertas características de la escena visual (color, movimiento,...) es asincrónica, es decir, habría un pequeño desfase en dicha percepción. Lo que no explica Zeki es cómo nosotros tenemos la percepción de unidad, a pesar de que existan esas microconciencias.
Otra visión diferente es la de Koch, que busca un área cerebral o un grupo específico de neuronas que sean la clave de los procesos de la conciencia. Propone que las neuronas de capa de V de corteza (neuronas piramidales que reciben muchísimas aferencias y son las principales neuronas de salida de la corteza cerebral) y el claustrum (un área que recibe información de prácticamente todas las áreas sensoriales de la corteza) son esenciales para los procesos conscientes. Pero esta visión tiene problemas. A priori parece demasiado reduccionista pues las pérdidas de conciencia totales sólo se dan cuando se producen grandes cambios en la actividad cerebral (por ejemplo, los fenómenos de conciencia dividida se dan sólo cuando se secciona completamente el cuerpo calloso o cuando se lesionan regiones del tronco cerebral muy implicadas en el estado de alerta). Además es difícil para Koch explicar qué tienen de diferente las neuronas de capa V de corteza que no tengan el resto de neuronas del cerebro. Otros investigadores, en esta misma línea, han propuesto la existencia de un módulo intérprete que sería el encargado de aunar las percepciones procedentes del resto de módulos cerebrales. Defensores de esta visión fueron Fodor o Gazzaniga.
Por último están quienes defienden que la conciencia no está necesariamente localizada en un área concreta o en unas neuronas concretas, sino que es el producto de una activación sincrónica de neuronas distribuidas en diversas regiones del cerebro. En esta visión coinciden Llinás o Edelman, aunque Llinás concede una importancia mayor a los sistemas motores y de hecho considera los procesos que dan origen a la conciencia tienen su origen en el sistema motor (según él la conciencia ayudaría a mantener una unidad del cuerpo, evitando así que una parte del cuerpo se mueva en un sentido mientras que otra lo haga en uno diferente).
Edelman propone que varias áreas tienen un peso muy importante en la conciencia (entre ellas el tálamo, el hipocampo y la corteza prefrontal, así como algunos núcleos del tronco cerebral) y que todas ellas forman lo que se denomina el núcleo dinámico, de modo que la actividad de uno de ellos modifica fácilmente la actividad del resto. Por otro lado, aquellas áreas que no están implicadas en la conciencia no afectan tanto a la actividad de estas otras áreas (como si el núcleo estuviese formado por áreas unidas entre sí mediante muelles, de modo que al moverse una de esas áreas hiciese temblar el resto de muelles; también se puede comprender esta idea sustitutyendo los muelles por los brazos de los monigotes de la figura). Esta, de momento, parece la hipótesis más plausible en cuanto al problema del enlace (muchas evidencias experimentales la avalan), pero todavía se está lejos de saber cuáles son específicamente las áreas que forman el núcleo dinámico, aunque es muy probable que éste sea diferente en cada cerebro, pues las condiciones genéticas y de aprendizaje son diferentes en todos los individuos.
Una de las cuestiones principales a la hora de enfrentarse al estudio de la conciencia es determinar si realmente la percepción que tenemos de que la conciencia es unitaria es veraz o se trata tan sólo de una apariencia.
La idea intuitiva es que nuestra conciencia es unitaria, es decir, sólo podemos tener un estado de conciencia al mismo tiempo. De entre los millones de posibilidades que se nos presentan ante una escena elegimos una sola (no es posible ser consciente de dos escenas al mismo tiempo, aunque paradójicamente esta elección muchas veces se realiza de forma inconsciente). Esto es más fácil de entender si miramos una de esas figuras reversibles, como el cubo de Necker. Cuando observamos este cubo vemos sólo una de las dos disposiciones espaciales posibles al mismo tiempo. Algunos autores, como Koch están convencidos de que estudiar el paso de ver una disposición a otra es clave en el estudio de la conciencia y, de hecho, varios grupos de investigación están estudiando este proceso.
El problema del enlace trata de resolver la siguiente pregunta: ¿cómo, percepciones de distinta naturaleza física, que activan diferentes grupos de neuronas llegan a conformar una imagen de conjunto, la experiencia consciente unitaria? Las respuestas a este problema han sido variadas. Veamos las tres posibilidades principales que se han propuesto.
Por un lado están los que niegan, o al menos ponen trabas, a que tal enlace suceda. En este grupo estaría el neurobiólogo Semir Zeki que propone que no existe una conciencia única, sino que lo que existen son microconciencias. De hecho, algunos resultados experimentales apoyan su visión, pues se ha mostrado, por ejemplo, que la percepción consciente de ciertas características de la escena visual (color, movimiento,...) es asincrónica, es decir, habría un pequeño desfase en dicha percepción. Lo que no explica Zeki es cómo nosotros tenemos la percepción de unidad, a pesar de que existan esas microconciencias.
Otra visión diferente es la de Koch, que busca un área cerebral o un grupo específico de neuronas que sean la clave de los procesos de la conciencia. Propone que las neuronas de capa de V de corteza (neuronas piramidales que reciben muchísimas aferencias y son las principales neuronas de salida de la corteza cerebral) y el claustrum (un área que recibe información de prácticamente todas las áreas sensoriales de la corteza) son esenciales para los procesos conscientes. Pero esta visión tiene problemas. A priori parece demasiado reduccionista pues las pérdidas de conciencia totales sólo se dan cuando se producen grandes cambios en la actividad cerebral (por ejemplo, los fenómenos de conciencia dividida se dan sólo cuando se secciona completamente el cuerpo calloso o cuando se lesionan regiones del tronco cerebral muy implicadas en el estado de alerta). Además es difícil para Koch explicar qué tienen de diferente las neuronas de capa V de corteza que no tengan el resto de neuronas del cerebro. Otros investigadores, en esta misma línea, han propuesto la existencia de un módulo intérprete que sería el encargado de aunar las percepciones procedentes del resto de módulos cerebrales. Defensores de esta visión fueron Fodor o Gazzaniga.
Por último están quienes defienden que la conciencia no está necesariamente localizada en un área concreta o en unas neuronas concretas, sino que es el producto de una activación sincrónica de neuronas distribuidas en diversas regiones del cerebro. En esta visión coinciden Llinás o Edelman, aunque Llinás concede una importancia mayor a los sistemas motores y de hecho considera los procesos que dan origen a la conciencia tienen su origen en el sistema motor (según él la conciencia ayudaría a mantener una unidad del cuerpo, evitando así que una parte del cuerpo se mueva en un sentido mientras que otra lo haga en uno diferente).
Edelman propone que varias áreas tienen un peso muy importante en la conciencia (entre ellas el tálamo, el hipocampo y la corteza prefrontal, así como algunos núcleos del tronco cerebral) y que todas ellas forman lo que se denomina el núcleo dinámico, de modo que la actividad de uno de ellos modifica fácilmente la actividad del resto. Por otro lado, aquellas áreas que no están implicadas en la conciencia no afectan tanto a la actividad de estas otras áreas (como si el núcleo estuviese formado por áreas unidas entre sí mediante muelles, de modo que al moverse una de esas áreas hiciese temblar el resto de muelles; también se puede comprender esta idea sustitutyendo los muelles por los brazos de los monigotes de la figura). Esta, de momento, parece la hipótesis más plausible en cuanto al problema del enlace (muchas evidencias experimentales la avalan), pero todavía se está lejos de saber cuáles son específicamente las áreas que forman el núcleo dinámico, aunque es muy probable que éste sea diferente en cada cerebro, pues las condiciones genéticas y de aprendizaje son diferentes en todos los individuos.
13 comentarios:
Cuando se activan sincrónicamente millones de neuronas somatosensoriales se produce un percepto. Este puede ser mejor o peor, mayor o menor, más o menos rico en detalles, matices, vivacidad, en función de su definición, que está en función del número de neuronas activadas y de su distribución, como una imagen es mejor o peor según el número de pixeles o la superposición de las ondas.
Yo también veo la hipótesis del núcleo dinámico como la más plausible. Y creo que, a pesar de que este núcleo tiene unos constituyentes que son aproximadamente los mismos siempre en todas las personas, las pequeñas variaciones dan lugar a ligeras variaciones en el modo de percibir la realidad. Para mi todo esto está enlazado con la memoria entendida en un sentido general, como memoria fundamentalmente implícita, desde la que se parte en la propia observación del mundo, como de un prejuicio en parte genética y en parte ambientalmente creado.
Muy interesante esta serie, Brainy.
¿Sabes si irás finalmente esta tarde al evento que comentamos?.
Yo también creo que la memoria juega un papel muy importante en la conciencia. En el último apunte sobre este tema (no me quiero repetir demasiado) intentaré hablar un poco de ello.
Por cierto por allí estaré, a ver cómo se lo ponen de difícil.
Un post muy interesante. La percepción es un tema muy entretenido. Y dicen que una función que es posible que entendamos bien en unos años.
Saludos Brainy
Hombre Brainy, pues si vas a estar me gustaría saludarte, si fuera posible.
¡Identifícate!....
Lo único, está explicado bastante bien, pero no sé si un lego en la materia puede hacerse una buena idea del tema que se habla. Me da la impresión de que quien no conoce nada a priori, igual se pierde un poco.
Aunque igual no sea para legos, un post muy interesante como siempre Brainy.
Saludos
Jajaajaajaja Brainy, eres un cachondo. No pude saludarte ayer, no te reconocí. Ya te lo imaginabas ¿no?.
Por cierto, ¿cómo te pareció que estuvo el conferenciante?.
¡Que tío!...¡Qué prosodia, que elegancia!. Creo que le voy a escribir un email de felicitación.
Estoy expectante con tu último apunte sobre la conciencia. Los dos primeros son, para mi gusto, excelentes.
Saludos.
jaja, lo siento germanico pero no he visto tu comentario hasta ahora. Hoy voy a lo de Gazzaniga en cosmo Caixa y mañana iré otra vez al Círculo a ver la charla sobre arte. Si vas avísame y me pongo un clavel en la solapa o algo así, jaja. A mí el conferenciante me gusta desde la primera vez que lo vi (hace unos seis años, yo estaba todavía en la carrera). Es bastante bueno en esto de la divulgación, lo hace todo muy fácil. Pero como buen discípulo, jeje, no estoy de acuerdo con algunas de sus apreciaciones, aunque sí con la mayoría.
Gracias por los halagos, así da gusto tener un blog. La verdad es que, como se dijo ayer podrías estar hablando de la conciencia durante horas, por eso no me quiero extender mucho en los apuntes sobre este tema porque pueden llegar a aburrir. Pero tengo otra serie en mente que creo que generará polémica...a lo mejor te imaginas el tema. O sea que no pudiste siquiera imaginar quién era ¿eh? jaja.
hector: soy consciente de que exigo unos ciertos conocimientos pero creo que no son demasiados. Por ejemplo, el rimer apunte sobre el tema creo que lo puede seguir bastante bien cualquiera (con algo de formación científica claro, pero eso es como hablar del Quijote y no saber nada nada nada de literatura: ambos son tipos de incultura que no se diferencian en nada, o bueno puede en que sio eres inculto científicamente te pueden engañar fácilmente y a veces con consecuencias económicas para tu bolsillo).
En este segundo apunte es verdad que menciono algunas áreas cerebrales (algo que intento evitar por todos los medios, pero a veces es inevitable no hacerlo) pero lo que más me interesa es que se entiendan las ideas principales y para eso yo creo que no hace falta saber mucho sobre el cerebro. Aun así, gracias por el comentario. Intentaré refinar más el lenguaje y la forma de explicar las cosas.
Un saludo.
¿Y tú, Brainy, creíste reconocerme?....
Sí, era el de la rosa roja en el ojal.
Estuve a puntito de hacer una pregunta relacionada con murciélagos y Nagel, pero Mora se anticipó a ella de alguna forma en su respuesta a otra persona.
Ok. Sí es cierto que si estás interesado en temas relacionados con las neurociencias un poco, sí se entiende bien.
Veo que andáis en unas jornadas de conferencias. ¡Que las disfrutéis!
Nos podéis contar alguna cosilla de las que digan, por caridad con los que no estamos :)
Saludos
Hola Héctor,
En el post anterior de Parasite tienes referencia de todas las conferencias que hay con motivo de la semana de la ciencia. La que comentábamos fue una que impartió ayer Francisco Mora en el Círculo de Bellas Artes.
Un saludo.
Ok. Gracias Germánico. Nuestra semana de la ciencia duró 3 días :(
Pero bueno, menos es nada...
Jejejejeje...las buenas esencias en frascos pequeños.
¿Y dónde hay semanas de 3 días? (de la ciencia, claro).
En las 3 capitales vascas. Puedes si quieres echar un vistazo a lo que hubo Germánico. Lo tengo puesto en el blog de museo de la ciencia aquí.
Saludos
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